De acuerdo a un comunicado de la Fundación Finca Vigía, una organización sin fines de lucro con sede en Boston, el gobierno de Estados Unidos aprobó un fondo de 25000 dólares para la restauración de la Finca Vigía, situada a unos 25 kilómetros de La Habana, en Cuba, la cual constituyó la residencia del célebre escritor estadounidense Ernest Hemingway durante sus dos últimas décadas de vida, por lo que se determinó convertirla en un museo en homenaje a este ilustre creador.
El apoyo financiero será destinado además a la conservación y recuperación de todos los documentos que se hallan en su interior, consistentes en manuscritos, cartas, fotos y más de 9000 libros que poseía el autor de «Adiós a las armas» en su biblioteca personal.
Al respecto el encargado de negocios de la embajada estadounidense, Edward Ziff, expresó: «Apoyar a la Finca Vigía representa nuestro compromiso para preservar la incalculable historia y el patrimonio cultural compartido que vincula a Estados Unidos con Cuba». Igualmente, señaló que dicha ayuda revela la importancia histórica y cultural que posee el inmueble tanto para Washington como para La Habana.
Frank Phillips, copresidente de la mentada fundación, calificó el aporte como increíblemente significativo, pues se trata de la primera donación realizada por dicho gobierno en función de preservar el legado y la memoria de «Papa», apodo que recibió el escritor hasta su muerte. Asimismo, agregó: «Nuestra esperanza es que el apoyo de la embajada pueda inspirar a otros a contribuir».
Hemingway adquirió la propiedad de la finca en 1939 con los ingresos de la venta a Hollywood de los derechos de “Por quién doblan las campanas” y vivió allí gran parte de la década de 1940 y 1950 junto a Mary Welsh, su cuarta esposa, una excorresponsal de la revista Time. Según los académicos en este lugar el escritor creó su destacada obra «El viejo y el mar», con la cual obtuvo el Premio Pulitzer de Ficción en 1953 y el Premio Nobel de Literatura en 1954.
El 2 de julio de 1961, en el estado de Idaho, Hemingway se suicidó al dispararse con una escopeta de caza y tras su muerte la finca se erigió como el Museo Ernest Hemingway, albergando más de 20000 objetos personales y documentos del novelista, que incluyen máquinas de escribir ubicadas en lo alto, pues escribía de pie, cuadros, libros, trofeos de caza de África y del Oeste americano, armas, cabezas de animales, carteles de corridas de toros, una placa de cerámica con una imagen de bovino, discos, zapatos, ropa y su barco El Pilar, con el solía navegar por el mar Caribe.
Sin lugar a dudas el museo es uno de los destinos turísticos más populares de Cuba y a él acuden personas de todo el mundo para ver las huellas del escritor.