Comienzan los preparativos para el inicio del curso escolar en Cuba, un momento complicado para muchas familias en el país, en medio de las múltiples carencias que enfrenta el ciudadano común, según Radio Martí, ayer lunes empezaron a vender los uniformes escolares en Guanabo, al este de La Habana.
Sin embargo el problema para adquirir los uniformes no se reduce a las largas colas, la activista María Elena Mir Marrero, en conversación telefónica con la emisora de Miami, reveló que se acaban las sayas, y escasean las tallas.
Para Mir Marrero el inicio del curso escolar en la Isla, acentúa más la diferencia de clases sociales.
«Hay niños que van con un pedacito de pan, porque el padre aunque quiera no puede», confesó la activista haciendo alusión a la merienda que los menores pueden llevar a las escuelas.
Augusto César San Martín, periodista independiente, contó que se enfrenta por vez primera al desafío, ya que su pequeño comenzará la escuela.
«El tema de la uniformidad de los niños con las pañoletas, contrasta mucho con la posibilidad que tienen los niños dentro de la escuela, en dependencia de las posibilidades de los padres», explicó.
El reportero independiente señaló que el comienzo de las clases en Cuba, complejiza aún más la situación económica de las familias en el país.
«Un tenis que solo le va a durar tres o cuatro meses para hacer actividades físicas es un problema económico para algunas familias, una merienda diaria es otro problema…esta es una de las cosas que marca la diferencia entre los niños dentro de una misma aula», detalló.
Hay que añadir también el costo de los maestros repasadores, debido a la mala calidad de la educación en la actualidad.
«Estos repasos implican un gasto de tres a cuatro dólares semanales, sin prescindes de esos repasos corres el riesgo de que el muchacho salga mal en los exámenes. Es un gasto significativo», concluyó.