“Me gustaría ver a Venezuela como se merece: un país tranquilo, con alegría”, dijo Wuilly Arteaga quién actúo ayer en una “misa musical” en Nueva York. Con el propósito de conmemorar a las victimas de las protestas que desde hace tres meses suceden en Venezuela, haciendo un llamado a la paz.
Unas trescientas personas, en su mayoría venezolanos y cubanos, acudieron a la iglesia Sacred Sacrament de Manhattan el sábado por la tarde y se emocionaron con las sentidas intervenciones de Arteaga y del reconocido músico de jazz cubano Paquito D’Rivera, entre otros artistas.
“Me gustaría ver a Venezuela como se merece: un país tranquilo, con alegría, y pronto vamos a llegar a esa situación de paz”, declaró el chico.
Voluntarios de la decena de organizaciones que se sumaron a esta iniciativa desplegaron unas cintas de las que colgaban siluetas de cruces, en memoria de las 75 personas que han muerto desde que comenzó la oleada de protestas en Venezuela el pasado 1 de abril.
La misa fue oficiada en español por un sacerdote de origen ecuatoriano que reivindicó “la justicia social y los derechos humanos”, asistieron familias venezolanas que, en la distancia, siguen con una mezcla de tristeza y rabia lo que acontece en su país.
La “misa musical” se celebró coincidiendo con el día en que se cumplen 196 años de la Batalla de Carabobo, una acción militar decisiva en la independencia del país en 1821. Convirtiéndose en una marcha por la calle Broadway hacia la estatua de Simón Bolívar, situada en Central Park. Guió al nutrido grupo de manifestantes que clamaba por la “libertad” en Venezuela y también en Cuba enarbolando las banderas nacionales de ambos países.
A quién una vez terminaron dañando su violín, hoy va exclamando “¡Viva Venezuela!”
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