El Morro de La Habana condenado al paulatino deterioro y al olvido de las autoridades

El Morro de La Habana, es la construcción insignia de la ciudad, sin embargo un reciente reportaje de CubaNet ha sacado a la luz pública que el gran símbolo de la ciudad mágica corre peligro; la ausencia de iluminación exterior, de cámaras de vigilancia, y la carencia de rondas de la policía, han favorecido el incremento de acciones vandálicas, y peor aún, la cifra de casos criminales en la zona.


A finales del siglo XVI, por orden de los reyes de España, comenzó a construirse el castillo de los Tres Reyes Magos del Morro y su legendario faro, ícono de la bahía habanera, que brinda a sus visitantes una de las mejores vistas de la ciudad, una hermosa urbe se levanta ante nuestros ojos, pese al deterioro y las miserias.

En 1982 la fortaleza fue incluida en la Lista del Patrimonio de la Humanidad elaborada por la UNESCO; el medio de prensa señala que en el último medio siglo el Morro ha resistido la “voluble atención de las autoridades cubanas”, pero no se sabe hasta cuándo.

La Oficina del Historiador, mientras gozaba de cierta autonomía, y su aparato económico no había pasado a ser administrado por militares, le brindó al sitio histórico algunos cuidados, no obstante en la actualidad la fortaleza patrimonio se encuentra amenazada por la desprotección de sus áreas exteriores, las acciones vandálicas afloran sobre sus muros, e incluso basureros han llegado a invadir el lugar.

CubaNet, explica que la construcción colonial es durante el día un sitio más tranquilo, pero en la noche los jóvenes comienzan a llegar, usando los rincones y la oscuridad para “encuentros amorosos o, simplemente, para fumar algo más que cigarrillos y beber más que refrescos”.

Un custodio consultado, reconoció que cuentan con pocos recursos de protección, y un personal reducido para combatir el vandalismo; y lo más que pueden hacer es evitar que los daños lleguen al interior del sitio, o que se produzcan hurtos en las áreas de exhibición, o prohibir el acceso al faro.


“Es un área muy extensa y un terreno muy irregular. Es difícil poder controlar con la vista espacios muy grandes, para eso es necesario poner cámaras, iluminación, eso debería hacerlo la policía (…). Nosotros ya tenemos bastante con cuidar de los muros para adentro”, detalló el trabajador.

Pese a la existencia de varias unidades militares y policiales en las cercanías, nadie ha asumido el cuidado nocturno de los exteriores del Morro.

Un agente de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria), se limita a vigilar a los artesanos para que según él no le roben a los turistas, y aunque ya se han reportado varios casos de violaciones y asaltos, en la noche la fortaleza está desatendida por las instancias del gobierno.

El medio de prensa alternativa recoge que “en la misma ciudad, incluso a unos escasos metros del lugar, la policía y demás órganos represivos del gobierno cubano gastan grandes volúmenes de recursos financieros y humanos en acosar, vigilar, amenazar, imponer multas y encarcelar artistas urbanos solo por el “delito” de realizar sus obras en espacios no patrimoniales, abandonados o destruidos”.

Para terminar concluyendo que no es sorpresa la lenta destrucción de la fortaleza colonial, y acuña que “no es una cuestión de crisis económica sino de prioridades políticas y absurdos ideológicos”.

(Con información de CubaNet)


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