La pequeña empresa para organizar eventos sociales, casi ausente por décadas en Cuba, viene creciendo de manera sostenida en los últimos tiempos, convirtiéndose en una atractiva fuente de empleo, especialmente en La Habana.
Sahyli Linares, quien dirige una de estas micro-empresas familiares, dijo a la prensa que el crecimiento de la competencia ha estimulado un mejoramiento del servicio que ellos prestan en la organización de bodas y fiestas de quince.
«Tenemos mucha competencia, antiguamente eran cuatro o cinco grupos en este mercado. Ahora son más y eso es bueno, porque nos invita a desarrollarnos más y a crecer», agregó.
Las reformas económicas que el gobierno trata de implementar han hecho que algunas personas, con experiencia o no en las relaciones públicas, abandonen sus trabajos estatales y prueben suerte como coordinadores de eventos privados, mejorando la pobre oferta que las instituciones oficiales brindan.
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