En Cuba los damnificados tras un huracán son responsables de la reparación de sus hogares en caso de que estos hayan sufrido daños, ya que no existen las compañías de seguro para pagar por ello. El Estado es el único que vende materiales de construcción y decide los precios y el monto a financiar.
Las autoridades han anunciado que se financiará el 50 % de los materiales de construcción que necesiten las personas cuyas viviendas fueron destruidas de manera parcial o total en las provincias de Holguín y Guantánamo. El otro 50 % lo debe pagar la persona afectada.
Los bancos en Cuba que dan préstamos personales para la compra de materiales de construcción tienen establecido sus políticas al respecto. El Banco Metropolitano ofrece un 9 % para esos fines, por 120 meses, aunque hay excepciones que van hasta los 180 meses. Para el Banco Popular de Ahorro (BPA), que tiene 4 sucursales en Guantánamo y 24 en Holguín, los préstamos son a un 8 % de interés, pero solamente por 60 meses.
Con el paso de Matthew, el 70 % de los hogares de Baracoa fueron impactados por el huracán y según las autoridades locales unas 9 210 viviendas fueron dañadas. De esas unas 150 quedaron destruidas completamente, 1 391 de forma parcial, y sin techo más de 7 mil.
Con un mecanismo de evaluación que pasa por el Consejo de Defensa Municipal (CDM) para determinar el monto y aprobar los recursos a asignar, entonces los afectados pedirán un crédito bancario con “menores tasas de interés y mayores plazos de pago”.
Aquellas personas que no tienen ingresos suficientes para que el banco les otorgue crédito tendrán que acudir de nuevo al CDM para un “subsidio o bonificación parcial o total”.
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