El presidente Barack Obama cuestionó fuertemente la forma en que se trata a los negros e hispanos por las fuerzas de seguridad y el sistema judicial, luego de las muertes de dos afroamericanos esta semana a manos de policías.
Obama aseguró, visiblemente frustrado, que la muerte de Philando Castile, en Minnesota, y de Alton Sterling, en Louisiana, no son incidentes aislados. «Son sintomáticos de la amplia disparidad que existe en nuestro sistema de justicia», afirmó.
«Hemos visto tragedias como esta demasiadas veces (…) Cuando ocurren incidentes como este, gran parte de nuestros ciudadanos sienten que por el color de su piel no son tratados de la misma manera. Y eso duele. Eso debería perturbarnos Este no es solo un asunto de negros. Este no es solo un asunto de hispanos. Este es un asuntos de Estados Unidos, que debería importarle a todos y debería preocuparle a toda mente razonable», afirmó el mandatario.
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