En horas de la madrugada de este viernes se produjo en la ciudad de Miami la detención del empresario cubanoamericano Boris Arencibia por el Buró Federal de Investigaciones (FBI), siendo el influencer Alex Otaola el primero en anunciar la noticia desde su habitual programa de YouTube.
Boris, presidente y agente de Caribe Promotions Inc., es conocido en la mentada ciudad y en la capital de Cuba por su rol como organizador del Santa María Music Fest, efectuado en el Cayo de Santa María, un evento que contó con el beneplácito y la colaboración de los máximos representantes del gobierno de la isla.
La emisora radial La Poderosa 670AM, por su parte, reveló haber tenido acceso a información confidencial, declarando que el promotor deberá enfrentar 18 cargos federales.
Entre los cargos se encuentran: conspiración para cometer un delito federal, fraude en relación con programas de beneficios federales y conspiración para cometer lavado de dinero.
Si bien el empresario y el cantante Lenier Mesa son parte de un proceso judicial iniciado por el youtuber Jorge Ramón Batista Calero, identificado como Ultrack, y su esposa, quienes presentaron una demanda exigiendo el pago de 5 millones de dólares tras ser víctimas de un presunto acto de agresión perpetrado por estos, el pasado mes de septiembre en un centro nocturno de Miami, lo cierto es que su detención no parece estar vinculada a este hecho, máxime cuando fue realizada por miembros de la mentada agencia, de lo cual se infiere que se trata de delitos graves, de carácter federal.
La incertidumbre y la especulación han aumentado en las redes sociales ante la ausencia de declaraciones por parte de él, de sus abogados o de sus seres queridos, sin embargo, si las autoridades logran comprobar su participación en dichos delitos, el manager podría ser condenado a cumplir hasta 20 años en prisión. Hasta el momento, tanto sus seguidores como sus detractores permanecen expectantes en relación a lo que pudiera sucederle.
Como era de esperarse, a raíz del desarrollo del Santa María Music Fest, que se destacó por sus elevados costos y por reunir a artistas de renombre internacional como Tekashi69, Boris estuvo involucrado en varias polémicas y fue el blanco de numerosas críticas provenientes de figuras del exilio cubano en Miami, quienes cuestionaron su contribución al enriquecimiento de la cúpula del régimen cubano y de entidades estatales como el Grupo de Administración Empresarial (GAESA), perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
