La crisis que hay en Cuba o el «nuevo período especial» no solo está afectando a la población si no también la economía y uno de estos ejemplo es la baja que tiene actualmente la terminal de contenedores operados Internacionalmente por PSA en el Mariel.
El director general de la terminal de contenedores operados Internacionalmente por PSA en el Mariel dio una entrevista en días pasados donde comentó que «Después de un muy, muy buen comienzo, la situación que enfrenta el país económicamente se ha vuelto mucho más difícil. Lo que vimos en el segundo trimestre era una ralentización del tráfico. Lo que ahora estamos prediciendo es que nuestras cifras de este año estarán cercas de la del año pasado. No es el fin del mundo, pero no es tan emocionante como se veía a principios de este año.»
Añadió con entusiasmo que «Si se pudiera embotellar el espíritu de nuestra fuerza de trabajo y venderlo, tendríamos la siguiente Red Bull en nuestras manos.»
«Muchos de nuestros trabajadores viven en La Habana y es un muy arduo viaje al Mariel, alrededor de una hora y media allí, y una hora y media de vuelta al final del día. Así que nos quitamos el sombrero ante estos trabajadores, y, a veces miramos con asombro a su tenacidad.»
Declaró que existe una gran deficiencia con respecto a varias categorías como operaciones de transporte y su almacenamiento, con lo que opinó esto pudiera mejorar si se modernizara el servicio ferroviario en la terminal.
«Tenemos dos nuevas grúas de pórtico montadas sobre carriles que llegan a principios de septiembre de Shanghai y que nos dará más que suficiente capacidad ferroviaria en el futuro previsible. Estamos manejando un promedio de un tren al día y hay más demanda de ferrocarril. Esta es una isla muy larga y delgada, por lo que se presta para el transporte por ferrocarril. Los desafíos que implican la eficiencia de la red ferroviaria del país: la rapidez con esos trenes se pueden descargar y volver a cargar y la rapidez con que los trenes puedan volver aquí. También hay una necesidad de más inversiones en vagones y locomotoras. Que ya está en movimiento, por lo que no debe haber nuevos vagones y locomotoras que llegan en 2017.»
Concluyó mencionando la importancia de poder desaparecer la Ley Torricelli, la cual no permitir entrada a ningún puerto norteamericano ninguna nave que haya atracado en Cuba en un plazo de 180 días. Piensa que «Si esas reglas desaparecen, entonces estamos en el juego y muy bien posicionados geográficamente».
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