El K-Pop es un género musical que incluye varios estilos como el pop o el rap por poner dos ejemplos y se refiere a la música popular de Corea del Sur. Es la sensación surcoreana que ya se ha extendido por gran parte del mundo y Cuba es parte no es la excepción según han reportado varios medios.
La juventud cubana, más allá de la tradicional salsa a la que está acostumbrada a escuchar o el reguetón imperante hace veinte años ya, apuesta hoy por el K-Pop. La juventud ha experimentado sus gustos a raíz de la apertura del internet en la isla, a pesar del constante hostigamiento de la prensa cubana por inculcar las raíces musicales tropicales. De igual manera se ha hecho costumbre cada año la celebración de Halloween, una de las festividades más emblemáticas de los Estados Unidos.
Según la Agencia Francesa de Prensa, Maikel Caballero es un joven de 17 años de edad que ha sido cautivado por este género musical, pasa horas cada semana perfeccionando los ritmos coreográficos del grupo «BTS» o «Blackpink». Afirma que: » Soy yo mismo con el K-Pop. Puedo liberarme».
Samyla Trujillo es otra de las devotas del K-Pop en la isla durante los últimos cuatro años de su vida. » Cuando vi a BTS… Me dije a mi misma: ¡Quiero bailar como ellos!», dijo Samyla a la AFP con el pelo teñido de rojo en homenaje a la moda de sus ídolos. «Y luego, cuando me mostraron Blackpink, pensé: ¡Oh son chicas, quiero ser como ella!». La joven tiene carteles y camisetas con rostros de estos artistas en su vivienda. La sala de su casa varias veces se transforma en una especie de pista de baile donde practican los pasos hasta aprenderlos de memoria.
Por otra parte el joven de 21 años Alejandro Achín planteó que el K-Pop «es una experiencia completamente nueva», ya que los jóvenes están acostumbrados a bailar casino o enrolarse con otra persona bailando reggaetón. Lo hermoso de la música es que permite conexiones a otras latitudes del mundo, que a veces pensamos no se puede lograr.
Para Hohyun Joung quien enseña en un centro cultural y de idioma en un centro que abrió sus puertas el año pasado, el género surcoreano tiene una esencia que trasciende las fronteras de la política y la geografía. plantea que: » En las canciones coreanas… la mayoría de ellos expresan las preocupaciones de los jóvenes, lo que piensan, su preocupación por el futuro». En el centro donde imparte clases junto a cuatro cubanos posee 150 alumnos y el local no admite más personas, lo que evidencia que crece el deseo de conocer más la cultura surcoreana por la juventud cubana.
Los cubanos tienen el derecho de elegir expresiones de arte libre, independientemente de la nacionalidad que provengan, gracias al internet cada cual puede hacer suya una idea, puede escuchar lo que desee, puede observar lo que entienda, y el estado no puede erguirse como barrera para que sus ciudadanos interactúen con lo que se les imponga. La cultura es de todos y la merecemos todos.