Eliécer Ávila, líder del movimiento Somos+, publicó en Facebook una actualización de su caso tras ser requisada su vivienda. A continuación la publicación del opositor cubano:
Luego de los hechos iniciales (registro, ocupación y detención), mi papá y yo pasamos 4 días de peloteos en la unidad de la PNR de Aguilera hasta que decidimos encontrar la “tenebrosa” sede de la “temible” Sección 21 de la SE en Playa y allí exigir que se me entregara mi carné de identidad y la documentación formal de mi caso.
De este lugar nos mandaron para 100 y Aldabó, donde permanecimos por más de 4 horas. Finalmente, y usando varios ardides, logramos que una militar llamara a Villa Marista e indagara por “la más buscada”, la Tte. Coronel Kenia. Esta salió al teléfono sorprendida de escuchar directamente mi voz y me citó para el día siguiente en la Unidad de Aguilera.
Apareció como de costumbre sin brindar un saludo, le dijo a mi padre que se quedara esperando pues yo no era “impedido mental ni menor de edad”, y me hizo acompañarla hasta una oficina donde me entregó solo mi carné de identidad. Al preguntarle por el acta de ocupación y demás documentos de mi caso se negó reiteradamente a darme copia.
Cuando insistí en mi derecho, le salió su verdadera esencia y me dijo delante de tres policías que no me entregaba esos documentos porque “no le daba la gana”. Yo le repliqué diciendo que a lo mejor el verdadero motivo es que sentía vergüenza de que se publicara todo lo que nos habían quitado y ella respondió furiosa; “yo no tengo vergüenza alguna”.
Entonces le dije en un tono más calmado, que pocos se atrevían a reconocer eso. Ella se enfureció más y así intercambiamos varias palabras de uno y otro lado. Finalmente anotó en un papel el número de denuncia y me dijo que, si quería quejarme, fuera a la Fiscalía Provincial, que allí estaba radicado mi caso y viera al Fiscal designado.
Partí entonces para aquel lugar. Al llegar hice entrega de mi queja formal a quien recibe esos documentos y recibí constancia firmada del acto. Quise ver al fiscal de guardia, pero me di cuenta por la hora que era y las personas que esperaban en la cola que la mayoría no seríamos atendidos. No obstante, me pasó algo que les quiero compartir.
En la cola había un señor mulato de unos 60 años bastante enojado, (bueno, como la mayoría, pero un poco más). Este caballero traía una carpeta llena de papeles y se desahogaba con el que se le sentara al lado contándole su caso. Al parecer, unos “jefes corruptos” le quitaron algo que le pertenecía y después de años reclamando “nadie se atrevía a encausar a dichos jefes”.
El detalle clave es que el hombre decía en voz alta: “y yo si no soy gusano ni nada de eso, yo soy militante del PCC hace 26 años”, y mostraba su carné. Yo traté de no dar opiniones ni llamar demasiado la atención, pero finalmente le hice una pregunta delante de los que compartíamos la molestia de su incontinencia verbal.
¿Ven acá compadre, con todo respeto, si el Partido Comunista es la fuerza superior del gobierno y del estado, y no hace nada por garantizar la justicia en tu caso, en el mío y en el de todos los que estamos aquí, y más bien apaña a sus dirigentes violadores de la legalidad, por qué tú sigues siendo miembro de ese partido, eso no te hace cómplice de tu propia desgracia?
El señor se quedó como todos los demás, quieto varios segundos y al final dijo: es verdad mijo, y yo si fui de los comemierdas de verdad, de los que cuando todo el mundo cogía… yo me quedaba mirando, e incluso me fajé con mil gente por gusto, ahora todos ellos están acomodaos y yo no tengo na. Recogió sus papeles y no lo volvía a ver.
De vuelta en casa, leo un papel pegado en un poste que anuncia la realización esa misma noche de la “Asamblea de rendición de cuentas” o de “cuentos” como la llaman popularmente. A la hora indicada mi esposa y yo nos dirigimos al lugar donde siempre tienen lugar estos encuentros, pero lo habían cambiado para otra esquina, más distante de mi casa y cerca de donde viven varios militantes del PCC etc…
El ambiente estaba totalmente cargado. No más nos acercamos, policías vestidos de civil con mono deportivo y banderita cubana nos rodearon, así como dos mulatas, cuadros de la FMC y los CDR franquearon a Rachell. Enseguida me di cuenta de que todo estaba armado para hacer un show con nosotros si intentábamos siquiera hablar, pues en la asamblea anterior yo hice un discurso que tuvo bastante aprobación y esta vez no querían casualidades.
Iniciaron la reunión con un “coro de niños de primaria” que recitaron unas poesías que no se oían bien por el ruido de los carros pasando y después entonaron “la canción de Fidel”. De inmediato los sacaron de escena y comenzó la delegada actual a leer como de costumbre un rosario de avances y gestiones en distintos grados de cumplimiento. Al terminar aquella lista bastante abstracta e incomprobable de datos, la dirigente preguntó si había inquietudes, un silencio incómodo fue interrumpido entonces por su grito: “viva la revolución” y solo un señor (el jefe de vigilancia del CDR) dijo ¡VIVA! Esto causó algo de risas y con la gente ya en retirada ella repitió insistente la consigna hasta que algunos más la secundaron.
La Asamblea del Canal del Cerro debe haber sido la primera en la historia en la que nadie plantea nada.
Debo decir que a lo largo de los días luego de la incursión policial, varios vecinos se acercaron a ofrecerme distintos tipos de ayudas, algún dinero, productos fiados, su teléfono si llegara a necesitarlo, etc… a todos les doy mil gracias por sus gestos. Algunos de ellos por su parte me trajeron algo valioso también pero sumamente irritante: resulta que durante el registro y para satisfacer la curiosidad de los que intentaban averiguar, regaron dos o tres bolas bastante fuertes. Una, que tenían información de que yo escondía armamento, otra que habían encontrado drogas en el tanque del agua, y la tercera, que yo había “echado pa alante” a varios vecinos que tenían negocios y mi registro era una fachada para ir luego por ellos, pues yo era agente del DTI.
Aunque los que me contaron se partían de la risa haciéndome los cuentos, a mí no me dio ninguna gracia pues hasta en una contienda como esta uno nunca se acostumbra a ese tipo de bajezas, que lo queramos o no, sí terminan muchas veces sembrando las dudas en algunos desinformados.
Retornando a los trámites legales, debo decir que nunca me imaginé que fuera tan difícil encontrar a uno solo que tenga el valor de enfrentarse al “aparato”. Todos los que conoces te dicen del pi al pa la lista infinita de violaciones y faltas a la legalidad que se han cometido en mi caso, pero casi ninguno se compromete a defender la ley, ni siquiera a mí, ante un tribunal.
Esto dice por si solo que los primeros que están conscientes de que viven bajo una dictadura son los juristas, abogados, jueces y fiscales. En tu cara te confiesan que “esta gente hace lo que le da la gana”, “mira mijo, si yo te contara los buches de sangre que he tragado…”, “se puede hacer tal cosa, pero eso es por gusto”.
Sentí verdadera lástima de ver tanta frustración en esos profesionales. Creo que hubieran sido más felices dedicándose a vender durofríos. Pues nunca me han convencido de que un animal domesticado puede sentirse pleno, en el caso de las personas me parece menos probable.
Finalmente apareció uno, el que buscaba. Alguien que cree que la ley es igual para todos y que como él mismo dice: “yo no me gradué de comisario político sino de abogado, así que, a la hora de exigir justicia, no me importan los colores ni de la piel, ni del cerebro”.
Osvaldo tiene más de 20 años de experiencia como penalista y ya ha tenido en el pasado roses con “Kenia”, pues al parecer, esto de vaciar viviendas y acusar de “receptación y actividad económica ilícita” es un guion repetido en decenas de casos. Lo alarmante es que muchas veces los “acusados” ni siquiera den curso legal al asunto. Esta vez las cosas serán distintas.
El abogado empezó personándose en la unidad de policía de Aguilera, allí el Oficial Lafita no le acepta su contrato y le dice que se trata de un “proceso sumario” este tipo de proceso se realiza cuando la cuantía de los bienes o dinero relacionados al delito es demasiado bajo como para hacerlo Ordinario. Primera incoherencia porque el valor de los equipos ocupados es de miles de dólares.
El mismo oficial afirma “desconocer los detalles del caso”, no sabe quién soy yo ni en qué se fundamenta la acusación. Entonces el abogado le pregunta ¿cómo se atreve a acusarme entonces? A lo que él responde que: Tú sabes cómo es eso, fue una orden superior y yo la debo cumplir “de oficio”. En definitiva, en la policía no saben nada de mi caso ni de mi expediente.
Vamos entonces para la Fiscalía Provincial, adonde ya estuve antes y presenté mi queja. Allí si atienden al abogado y la Fiscal de guardia le asegura que en esa instancia “no existe” expediente alguno correspondiente a ese número de denuncia ni a mis datos.
Nos dirigimos ahora al único lugar que falta en los que se puede tener conocimiento de mi causa, la Fiscalía Municipal de 10 de Octubre, que corresponde a la Unidad donde se realizaron las actuaciones. Nada de nada, allí tampoco existo.
¿Qué queda entonces? ¿Cómo calificar lo que está sucediendo?
Pues queda invertir con toda la razón la lógica de este proceso, chapucero e improvisado. Ahora acusaremos nosotros, con seriedad y sobradas razones a Kenia y a otros actuantes ilegales.
Ya hemos depositado informes completos en 4 instancias internacionales de reconocido prestigio que interpelarán a la delegación cubana ante los foros más importantes de justicia y derechos humanos.
Hemos contactado con varios juristas que participaron en “distintos eventos y congresos” sobre administración de justicia aquí en la habana y traerán ponencias a los próximos con referencia a estos casos a ver que responde el ministerio del ramo y la Asociación de Juristas de Cuba.
Están en proceso de tramitación importantes reuniones con personalidades que participan activamente en asuntos sobre Cuba y EEUU y en los diálogos con la UE, para poner estos temas en la agenda de los próximos encuentros, muy próximos a realizarse.
El proceso interno en Cuba que por nuestra parte comenzará la próxima semana será acompañado en todo momento por varios medios internacionales e independientes, de manera que cada decisión y decisor responderá ante el mundo con sus actos.
Esta vez la razón no será silenciada ni dejará de pelear con uñas y dientes hasta que se haga justicia, sin detenernos un solo instante en la madre de todas las luchas, la que libramos por Cuba y su futuro. Seguiremos informando.
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