Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas denunció una vez más en la Asamblea General los «impactantes paralelos entre el sufrimiento del pueblo cubano bajo la dictadura castrista y sus sucesores, y el sufrimiento del pueblo iranà bajo la dictadura de los mulás de Teherán», y cuestionó cómo es posible que ese foro pueda mantener una posición fuerte para Irán, y no para Cuba.
La representante de EEUU ante la ONU hizo un llamado a los estados miembros a respaldar enmiendas al texto, introducidas por primera vez en su paĂs, relacionadas con la falta de libertades y el irrespeto a los derechos en Cuba, en el debate sobre la resoluciĂłn que ha aprobado la Asamblea General de Naciones Unidas en los Ăşltimos 27 años contra el embargo de Estados Unidos al rĂ©gimen de La Habana.
Haley denunciĂł la complicidad de los estados miembros de la ONU con el Gobierno cubano, y dijo que aprobar esta resoluciĂłn anualmente que culpa a EEUU de la pobreza, represiĂłn y falta de libertades en la Isla, «no ayuda a ninguna familia cubana, ni da de comer a ningĂşn niño cubano, ni libera a ningĂşn preso polĂtico cubano».
Asimismo expresó que la resolución, y el doble rasero del foro, no es un agravio a EEUU, sino al pueblo cubano «al decirle al régimen que el tratamiento que le da a su pueblo es aceptable».
En su discurso, Haley recordĂł a los cubanos que «no importa lo que hagan otros, Estados Unidos seguirá a su lado «hasta que llegue el dĂa en que sean junto a nosotros un pueblo libre en la regiĂłn que compartimos».
Tomado de MartĂ Noticias, reproducimos a continuaciĂłn en español, el texto Ăntegro del discurso de Nikki Haley ante la ONU:
Gracias señora presidenta.
Gracias, miembros de la Asamblea General:
Este es el vigésimo séptimo año en que se realiza esta votación en la Asamblea General. Cada año, salvo en una ocasión, Estados Unidos ha votado contra esta resolución. De la manera en que está redactada la resolución actualmente, Estados Unidos votará hoy de nuevo en contra.
Cuba y sus aliados hacen cada año lo mismo: proponen una resolución que culpa por la pobreza, la represión y la falta de libertades en Cuba a los Estados Unidos. Culpan engañosamente a Estados Unidos por todas las cosas nefastas, hasta por genocidio.
Pero esta resoluciĂłn no cambia nada, no ayuda a ninguna familia cubana, ni da de comer a ningĂşn niño cubano, ni libera a ningĂşn preso polĂtico cubano.
Los que apoyan cada año esta resolución no entienden bien. Nuestra razón para el embargo es y siempre ha sido la negación de la libertad y la negación de los más fundamentales derechos humanos al pueblo cubano, por parte del gobierno de Cuba.
Estados Unidos continuará al lado del pueblo cubano hasta que sus derechos y libertades sean restaurados. Punto. No nos dejaremos amedrentrar.
El año pasado una sola naciĂłn votĂł con nosotros en contra de esta resoluciĂłn. Pero está bien, estamos en muy buena compañĂa. No vemos ningĂşn problema en defender solos aquello en lo que creemos, y probablemente lo volveremos a hacer hoy, si es necesario.
Pero lo más lamentable de esta resoluciĂłn, año tras año, no es que Estados Unidos sea el Ăşnico que se opone. Lo más lamentable de esta resoluciĂłn es que es un desperdicio del tiempo de todos si, una vez más, sus paĂses creen que pueden agraviar a Estados Unidos.
Pero no es a Estados Unidos a quien agravian. Ustedes están literalmente agraviando al pueblo cubano al decirle al régimen que el tratamiento que le da a su pueblo es aceptable. Durante 27 años hemos tenido este debate y nada ha cambiado en Cuba. Al menos no para mejor.
Quienes apoyan la resoluciĂłn sostienen que un cambio en la polĂtica estadounidense transformará de algĂşn modo la vida del pueblo cubano. Pero el gobierno de Cuba no concuerda. RespondiĂł al ablandamiento de nuestra polĂtica bajo el presidente Obama con más ─y no menos─ represiĂłn polĂtica contra su pueblo.
El deplorable estado de los derechos y las libertades en Cuba no le es ajeno a nadie en esta sala, aun cuando los paĂses votan ciegamente cada año en apoyo de la resoluciĂłn.
Las evidencias se encuentran en las declaraciones de cada paĂs al realizar este debate anual.
A muchos de nosotros nos preocupan profundamente la falta de libertades de expresiĂłn y reuniĂłn en Cuba, las detenciones y arrestos arbitrarios, el estatus de las mujeres y los derechos laborales.
Hemos escuchado cuidadosamente las declaraciones de otros paĂses en este debate. Hemos estudiado sus comentarios del año pasado. Hemos tomado en serio sus mensajes. LeĂmos la declaraciĂłn de la UniĂłn Europea el año pasado, y estamos de acuerdo, sinceramente: La UE llamĂł a Cuba, y cito: “ A garantizar plenamente a sus ciudadanos las libertades y derechos civiles, polĂticos y econĂłmicos internacionalmente reconocidos, incluyendo la libertad de reuniĂłn, la de expresiĂłn y el libre acceso a la informaciĂłn”. Fin de la cita.
Ayer, numerosos paĂses, hablando en su propio nombre y a nombre de grupos regionales, expresaron preocupaciĂłn por la consecuciĂłn en Cuba de las metas de prosperidad, derechos humanos y dignidad del ser humano contenidas en la Agenda para el Desarrollo Sostenible hasta el 2030.
El año pasado el representante permanente de GabĂłn, hablando por el grupo de paĂses de Africa, expresĂł la misma preocupaciĂłn.
El embajador de Singapur, representando a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, expresó asimismo el deseo de poner fin a la pobreza y promover los derechos humanos y la igualdad de género en Cuba, en consonancia con las metas de desarrollo sostenible.
El representante permanente de San Vicente y las Granadinas, a nombre de la Comunidad Caribeña, se hizo eco de este apoyo; como tambiĂ©n, el embajador de Costa de Marfil, en representaciĂłn de la OrganizaciĂłn de CooperaciĂłn Islámica. Y el embajador venezolano, hablando a nombre del Movimiento de PaĂses No Alineados.
A nombre de sus naciones, los representantes permanentes de la India, Sudáfrica, México, Indonesia, Chad y San Cristóbal y Nieves, abogaron todos por que Cuba alcance las metas del desarrollo sostenible.
Y hemos estudiado las expresiones de apoyo de estados miembros a las libertades y los derechos humanos en otros paĂses en los que, como en Cuba, estos son denegados. Por ejemplo hay impactantes paralelos entre el sufrimiento del pueblo cubano bajo la dictadura castrista y sus sucesores, y el sufrimiento del pueblo iranĂ bajo la dictadura de los mulás de Teherán.
Como el rĂ©gimen castrista, el rĂ©gimen iranĂ reprime abiertamente el disenso, encarcela y mata a sus opositores polĂticos, y abusa de las mujeres y las minorĂas religiosas y Ă©tnicas.
Como la dictadura de los Castro, el rĂ©gimen de Teherán ha arruinado su economĂa para favorecer al rĂ©gimen y sus acĂłlitos. Y ambos gobiernos utilizaron fondos robados para financiar agresiones en el extranjero.
Cada año, la Asamblea General aprueba una resoluciĂłn de condena a las violaciones de derechos humanos perpetradas por el rĂ©gimen iranĂ. El año pasado la resoluciĂłn fue adoptada con el apoyo de 81 estados miembros. Ochenta y un paĂses adoptaron la decisiĂłn, haciendo uso del tiempo y el prestigio de este organismo para hacer los que mejor saben hacer las Naciones Unidas, lo que se espera que hagan.
Ochenta y un paĂses respaldaron con el peso de la comunidad internacional los principios de paz, seguridad y derechos humanos para Irán. No solo los apoyaron de dientes afuera: los incluyeron en una resoluciĂłn y los sometieron a votaciĂłn. Ganaron el voto pero, lo que es más importante, tambiĂ©n ganĂł la causa de los derechos humanos en Irán.
Hace mucho tiempo que la Asamblea General debió hacer lo mismo con Cuba, y por las mismas razones: ¿Cómo pueden mantener una posición fuerte hacia Irán y no hacia Cuba?
Los paĂses preocupados por los arrestos de opositores polĂticos y periodistas, la falta de acceso a la Internet, y la autoridad absoluta del gobierno para restringir los viajes, tanto internos como al exterior; estos paĂses deben tener la oportunidad de votar para expresar su preocupaciĂłn, y la de este organismo, pĂşblicamente.
Las Naciones Unidas no tienen ni la capacidad ni la autoridad para poner fin al embargo de Estados Unidos a Cuba.
Pero las Naciones Unidas sĂ tienen una singular capacidad para enviar un mensaje moral a la dictadura cubana.
Debemos usar nuestro megáfono para hacer algo que tenga el potencial de mejorar realmente las vidas de los cubanos.
Estados Unidos ha propuesto una serie de enmiendas a esta resoluciĂłn. Estas enmiendas han sido tomadas directamente de ustedes. Son las expresiones de esperanza y derechos humanos para Cuba de los estados miembros. Ustedes han provisto su contenido. Sus palabras, son palabras de ustedes.
Este año se les pedirá votar nos solo acerca del embargo estadounidense: se les pedirá votar sobre los presos polĂticos cubanos; se les pedirá votar sobre la falta de libertad de expresiĂłn en Cuba; se les pedirá que voten sobre la opresiĂłn de los trabajadores en Cuba.
Este año ustedes tendrán la oportunidad de hacer algo que enviará un mensaje inequĂvoco al pueblo de Cuba: que el mundo no ignora sus sufrimientos.
Durante décadas la Asamblea General de las Naciones Unidas no ha mostrado liderazgo en abogar por una vida mejor para los cubanos. Hoy puede mostrar ese liderazgo.
Llamo a esta Asamblea a votar para afirmar para el pueblo cubano los derechos humanos y libertades que ustedes extienden a tantos otros paĂses. Insto a los estados miembros a votar “SĂ” por todas y cada una de las enmiendas propuestas por los Estados Unidos. Voten hoy y demuestren al mundo que la Asamblea General de Naciones Unidas defiende los derechos humanos y la dignidad del ser humano.
Al pueblo de Cuba, le digo una vez más: Estados Unidos continuará estando de su lado, no importa lo que hagan otros. Seguiremos a su lado hasta que llegue el dĂa en que sean junto a nosotros un pueblo libre en la regiĂłn que compartimos.
Gracias.