La respuesta a la interrogante de si pueden los cubanoamericanos que decidan “repatriarse” invertir a gran escala en Cuba, parece ser negativa, según informa el Nuevo Herald.
El caso de la empresa Cleber LLC, que se proponía ensamblar tractores en la llamada Zona Especial de Desarrollo (ZED) del Mariel, es un ejemplo del tipo de disyuntiva que deberá enfrentar el gobierno cubano si desea atraer inversión de la diáspora cubana en el extranjero.
El proyecto del empresario cubanoamericano Saul Berenthal y su socio Horace Clemmons, iba a convertirse en el primer negocio con capital ciento por ciento estadounidense autorizado para construir una fábrica en Cuba en más de medio siglo, según lo anunció el propio presidente Barack Obama durante su viaje a Cuba en marzo del 2016.
El propósito era ensamblar —y en el futuro producir completamente— la línea de tractores para pequeños agricultores bautizados Oggun, con mano de obra cubana y para el beneficio del pueblo, según comentó en abril Berenthal a al periódico del Partido Comunista Cubano, Granma.
El diario publicó una semblanza de Berenthal y Clemmons y y alabó la idea de utilizar el Modelo de Fabricación de Fuentes Abiertas que permite reemplazar las piezas con mayor facilidad. Anteriormente, el periódico Juventud Rebelde también publicó una nota dando por sentado de que Cleber tendría su fábrica en el Mariel.
Pero durante la Feria Internacional de La Habana, Berenthal recibió la noticia de que el proyecto fue rechazado por el gobierno cubano.
En palabras de Berenthal “el proyecto no fue cancelado, más que nada, no fue autorizado”, comentó al Nuevo Herald.
Sin embargo, una fuente con conocimiento del tema que habló con el Nuevo Herald a condición de mantener el anonimato, dijo que la verdadera razón de la negativa del gobierno tuvo que ver con que Berenthal, nacido en Cuba, se “repatrió” y obtuvo una residencia permanente en Cuba.
“Saul se entusiasmó demasiado”, subrayó la fuente.
Berenthal negó que su repatriación “tuviera algo que ver” con la negativa del gobierno cubano “pues ellos estaban al tanto desde el principio” y aseguró que “el hecho de que no estamos aprobados para el Mariel no significa que no vamos a continuar con el proyecto. Nos sugirieron contactar al Ministerio de la Agricultura”, agregó.
Aunque la Constitución cubana no reconoce el retorno y la reunificación familiar como un derecho, como consecuencia del proceso legal de repatriación, la persona vuelve a fijar su residencia permanente en Cuba y recupera derechos que el gobierno cancela a los que considera “emigrados”. En Cuba, entonces, los cubanoamericanos con residencia permanente serían considerados solo como cubanos, y como tales, sujetos a las leyes y restricciones del país.
“¿Pueden las personas naturales cubanas residentes en el país participar en la inversión extranjera? No. Los ciudadanos cubanos residentes en el país no pueden formar parte como socios de una empresa mixta” con el Estado cubano, señala un estudio legal sobre la ley de inversión extranjera realizado por la Organización Nacional de Bufetes Colectivos de Cuba.
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