Desde el año 2016, fecha en la que fue premiado el Historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler con el premio de arquitectura y restauración Henry Hope Reed que concedió la Universidad de Notre Dame en Chicago, un coleccionista norteamericano de autos antiguos quiso regalarle a Leal un auto clásico DeSoto por su contribución a la restauración de la capital cubana.
En aquella ceremonia, donde habitualmente se trasladan a los premiados en autos antiguos, el Sr. Richard Hernan Driehaus, empresario y coleccionista de autos antiguos, fundador responsable de la oficina de inversiones y dueño de Driehaus Capital Management LLC anunciĂł que serĂa de mucho agrado para Ă©l que Leal luciese esta joya en La Habana.
Finalmente luego de tres años de espera el valioso automóvil ya está en Cuba, pero fue donado al Museo del Automóvil de la Isla. Ahora muchos coleccionistas saben que uno de los pocos modelos que quedan en el mundo de los autos DeSoto se exhibe en este museo cubano de la calle San Ignacio, entre Amargura y Teniente Rey, en el Centro Histórico de la ciudad.
El modelo de la ya desaparecida marca de autos estadounidense valorado en más de 15 mil dólares es un DeSoto del año 1949 y descansa en una parcela construida exclusivamente para resguardar esta pieza única de la colección de Driehaus.
El grupo Cabarrocas se encargĂł de diseñar el espacio donde está asentado el vehĂculo, y contiene de detalles el devenir de las ciudades de Chicago y La Habana.
En el momento de develar la pieza Leal asegurĂł que recibe el auto como custodio del Museo de la Ciudad de La Habana y que serĂa un grato honor para unir su nombre al esfuerzo por la restauraciĂłn del Centro HistĂłrico de La Habana.
“Al concedĂ©rseme entonces aquel importante premio de arquitectura y restauraciĂłn, el Dr. Driehaus hacĂa una contribuciĂłn notable al trabajo tan largo y esforzado que por mucho tiempo hemos realizado. Bien sĂ© lo que significaba para Ă©l desprenderse de una pieza de su colecciĂłn; sin embargo, lo hizo con admirable esplendidez”, asegurĂł Leal.
Para la ocasiĂłn Richard Hernan Driehaus no pudo viajar a La Habana, pero en su lugar estuvo el Sr. Stephen Murphy quien al hacer la entrega oficial del auto dio a conocer lo impresionado que quedĂł con la museografĂa del lugar.
“Cuando se abrió el auto se descubrió una especie de cápsula que le trasporta a uno a otro lugar. Los gráficos están impresionantes, muy bien diseñados, muy bien pensados, y el color añil que está en combinación con las capotas del automóvil es sorprendente. Aquà se ha cuidado todo el detalle, dijo Murphy.
La marca DeSoto fundada por Walter Chrysler en 1928 debe su nombre en al explorador español Hernando De Soto y puede decirse que gozó de verdaderos momentos de fama y esplendor entre los años 1941 y 1955.
Los autos DeSoto fueron por algún tiempo la competencia más dura para sus archirrivales General Motors, Studebaker y Willys-Knight por sus precios altamente valorados que se ubican por debajo de los de Dodge.
A lo largo de sus 32 años en el mercado, la marca DeSoto produjo unos 2 millones de vehĂculos en varios modelos, pero se dice que entre los más populares se encontraban el Firesweep, Firedome y el Fireflite.
Actualmente el Museo del AutomĂłvil de La Habana está siendo sometido a una remodelaciĂłn por el 500 aniversario de La Habana y para la fecha de la celebraciĂłn será reinaugurado con el nombre de El Garaje a peticiĂłn del Dr. Eusebio Leal, Historiador de La Habana. La idea es nombrar al lugar con este calificativo que alude a la idea de preservar vehĂculos.
Ya lo sabes… en el Museo del Automóvil de La Habana Vieja hay un DeSoto del año 1949, aunque se dice que por las calles de la capital cubana se ha visto más de un modelo circulando.
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