Muchos temen que la política entre Cuba y Estados Unidos cambie cuando llegue el nuevo presidente, sobre todo si el que sale elegido es el candidato republicano Donald Trump.
El funcionario cubano, Gustavo Machín, dijo en La Habana estas palabras: «Esperamos que el próximo presidente de EE.UU. tenga en cuenta y sea consecuente con la opinión y el deseo de (…) amplios y mayoritarios sectores de la sociedad estadounidense».
El subdirector general para EE.UU. de la Cancillería cubana agregó también: «Nosotros no nos vamos a inmiscuir en el proceso electoral en EE.UU. ni en su resultados. Cuba siempre ha dejado claro que los asuntos internos de Cuba no están en la mesa de negociaciones, en tanto responden a decisiones internas de Cuba y de los cubanos. Llamamos al próximo presidente de los EE.UU. a cumplir con esos principios, que además no son de Cuba sino del derecho internacional».
Todo esto se debe a que Trump dijo en una conferencia en Miami que si salía elegido revertiría la relaciones entre ambos países, a no ser que se produzcan «libertades religiosas y políticas» en Cuba.
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