La divulgación de la llegada a Estados Unidos en virtud del programa de parole humanitario del piloto militar cubano Luis Raúl González-Pardo Rodríguez ha causado gran revuelo entre los integrantes del exilio cubano, a tal punto que muchos han manifestado no solo su asombro, sino también su enorme descontento a causa de semejante acontecimiento. Y es que este hombre estuvo involucrado en la persecución y derribo en aguas internacionales de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate en 1996.
El excoronel González-Pardo arribó a territorio norteamericano el 19 de abril del año en curso y la noticia ha desatado una intensa polémica precisamente por su vinculación a la mentada operación, en la cual perdieron la vida cuatro cubanoamericanos.
De acuerdo a una investigación realizada por la Organización de Aviación Civil Internacional, dicho sujeto, quien fungió como miembro de la Defensa Antiaérea y Fuerza Aérea Revolucionaria de Cuba (DAAFAR), participó en las acciones desplegadas para interceptar a las avionetas civiles en cuestión.
Orestes Lorenzo Pérez, el piloto cubano que escapó de la isla hace ya 33 años rumbo a Estados Unidos a bordo de un Mig 23BN mientras efectuaba un vuelo de entrenamiento, declaró a Martí Noticias que González-Pardo sí intervino en el seguimiento aéreo que culminó con el derribo de las aeronaves, pero aclaró que este no disparó contra las mismas.
Lo cierto es que lo ocurrido en 1996 se erige como un triste episodio que no ha sido olvidado por la comunidad cubana en Miami y la permanencia de este individuo en Estados Unidos es concebida como una deshonra a la memoria de las víctimas y a sus familiares.
Arnaldo Iglesias, uno de los individuos que logró salir ileso del ataque, expuso su indignación por la presencia del excoronel, calificándola como «inaceptable».
Incluso otra de las sobrevivientes del incidente, nombrada Silvia Iriondo, quien pudo huir a bordo de una de las avionetas, reclamó a las autoridades estadounidenses por permitir el ingreso a dicha nación de este señor, solicitando al Secretario de Estado, Antony Blinken, y al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que se pronunciaran al respecto.
Hasta el momento González-Pardo se ha limitado a rechazar la mayoría de las acusaciones lanzadas en su contra, sin ofrecer una declaración exhaustiva de carácter público sobre su implicación en el fatídico hecho.
Orestes Lorenzo recalcó que este sujeto podría aportar datos relevantes sobre el operativo que hasta hoy se desconocen.
Mientras tanto y a pesar del debate generado, González-Pardo sigue viviendo en Jacksonville y trabajando en una panadería enclavada en dicha ciudad, en espera de recibir a su esposa.