El célebre sacerdote de las religiones afrocubanas Enrique Hernández Armenteros, falleció hoy a los 99 años en el barrio «La Hata» del municipio habanero Guanabacoa.
«Enriquito» o «Tata Nganga» como se le conocía en su barrio era practicante de cuatro cultos de origen africano, principalmente el Palo Monte (Palero), procedente del Congo. El «babalawo» miembro de la sociedad religiosa secreta y masculina Abakuá o Ñañiguismo, como también se conoce en Cuba; era devoto de la religión Regla de Ocha en la que estaba consagrado con el orisha Elegguá y pertenecía a la etnia Ifá, segun conto el mismo en varias entrevistas.
En su casa, convertida en templo, poseía imágenes y atributos de orishas del panteón yoruba -que se sincretizan con la religión católica- como Babalú Ayé (San Lázaro), Ochún (Caridad del Cobre), Changó (Santa Bárbara), Obbatalá (virgen de las Mercedes) y Yemayá (virgen de Regla), entre otros.
«Enriquito» es muy conocido tanto dentro como fuera de Cuba.
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