
Paralizan la entrega de tarjetas de remesas AIS en Cuba hasta nuevo aviso, debido a la incapacidad de FINCIMEX, la empresa financiera del sistema empresarial de las Fuerzas Armadas, para satisfacer la alta demanda, reportó el portal ADN Cuba.
La compañía de los militares, reconoció en sus redes sociales errores organizativos que le han limitado a la hora de brindar un buen servicio con dichas tarjetas que han sido muy solicitadas, luego de que el Gobierno anunciara que serían la única forma de pago para adquirir los productos en las nuevas tiendas en dólares, abiertas desde hace menos de un mes.
Según el anuncio de FINCIMEX en Facebook, «a partir del próximo lunes 17 nos vemos imposibilitados de aceptar nuevas solicitudes de tarjetas AIS. El alza de la demanda ha superado nuestra capacidad de importación de determinados insumos. Trabajamos para que la interrupción sea lo más breve posible. Volveremos», aclararon.
Las reacciones de los cubanos no se han hecho esperar en las redes:
«Cuando uno ve cosas como estas no puede llegar a otra conclusión de que Cuba se dirige al trozo, sobre la marcha, improvisando. Aquí no hablan de bloqueo, sino de que «el alza de la demanda ha superado nuestra capacidad de importación de determinados insumos». Tuvieron meses para armar las tiendas, abastecerlas, montar el «negocio» con que esquilman al pueblo y sus familiares en el exterior ¿y no se les ocurrió asegurar esos «determinados» insumos?», cuestionó el periodista e investigador José Raúl Gallego al enterarse de la noticia.
«Y siempre pueden salir con la cantaleta de la burocracia, el cambio de mentalidad y demás, el bloqueo por supuesto, pero ese no es el problema. El problema es el sistema sociopolítico eternizado en Cuba que promueve a las personas por «confiabilidad» y no por méritos profesionales, que se empeña en controlarlo y centralizarlo todo para evitar que el individuo se empodere, y que permite que ese tipo de ineficiencias se perpetúen sin que le podamos pasar cuenta en las urnas, con nuestro voto, a los ineficientes que llevan sesenta años en esta misma historia.
Cuando dejemos un ratico de jugar con la cadena y nos pongamos de lleno para el mono, entonces vamos a hacer más corto el sufrimiento», concluyó.
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