La innovación del cubano es algo que forma parte de su esencia, todo debido a los trabajos, la escasez y el diario que se vive bajo un régimen totalitario.
Actualmente los cubanos pueden viajar y le exigen fotos oficiales de pasaporte o visa como en cualquier otro lugar del mundo, pero hay varios problemas que impiden al cubano lucir bien en fotos oficiales, ejemplo, el calor tropical, la falta de climatización y la estrechez del presupuesto familiar impiden vestir ropa formal en el estudio fotográfico.
Un nuevo negocio en la isla florece y ayuda al cubano a vencer todo lo mencionado anteriormente, esto no es que tomar fotos en un pequeño local de una casa donde el cliente viste como le parezca y una vez tomada la foto, la misma se edita agregándole la vestimenta que escoja el cliente.
Es el caso del cubano, electricista de profesión de 27 años, Lian Marrero, que destina un cuarto de la vivienda para un modesto estudio fotográfico, al principio ofrecía ropa a sus clientes, pero a la gente le disgustaba ponerse prendas usadas por muchos otros clientes.
«Nos dimos cuenta que a la gente le gustaba más el tema de trajes digitales», dijo. «Teníamos tres trajes para poner y diez trajes digitales», y finalmente se deshicieron de las prendas reales.
Los clientes terminan felices con el resultado. Estas fueron las palabras de un cliente después del trabajo hecho por Marrero. «Traer un traje aquí no es fácil. Aquí tenemos la facilidad de elegir el que deseamos», quien entró en camiseta y salió con sus fotos en traje oscuro con corbata gris.
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