El tema de los subsidios concedidos para la construcción en Cuba está colmado de irregularidades vinculadas tanto al proceso de otorgamiento, como con el cumplimiento de lo establecido en el contrato, lleno de trancas burocráticas que a final de cuentas afecta a las familias aspirantes, según reconocen autoridades ligadas al proceso en declaraciones que recoge el sitio Cubadebate.
Según la publicación, son más de 53 mil casos que han logrado hacerse con los subsidios y “han mejorado su hábitat”, dice, hay muchos casos como el de Idalberto Cejas Barba, residente en Santiago de Las Vegas, que continúan esperando.
A principios de 2012 el “gobierno” implementó una “nueva política de subsidios” para que ciudadanos “con baja solvencia económica” que ameritaban o necesitaban “construir, reparar, ampliar sus viviendas o pagar la mano de obra correspondiente”.
Entre 9.800, para reparaciones de baños y cocinas, oscilaban las cantidades de subvenciones, hasta 85 mil pesos (moneda nacional), que incluía la sustitución de cubierta o reparación total de la vivienda.
El proceso comienza al momento de que el ciudadano haga su solicitud. El expediente hace un recorrido por la Dirección de Trabajo y Seguridad Social, Consejo de la Administración Municipal (CAM), Banco, de nuevo Vivienda, y los rastros. Allí el suministro de los materiales fluctúa, ya que hay poca disponibilidad, y la situación con el transporte es grave.
“Los beneficiados van al rastro con el documento que le da el banco (un vale de compra) y piden los materiales en el rastro. Con ese modelo regresan al banco y se les rebaja, del total, el dinero del coste por los materiales. Luego se le entrega otro modelo que tiene que llevar de vuelta al rastro para pagar los materiales y así concluir ese complicado proceso burocrático”, según precisa la mencionada fuente.