En varias ocasiones el alcalde de Hialeah ha manifestado su preocupación por el asentamiento de decenas de miles de inmigrantes en la comunidad. Precisamente este martes el Concejo Municipal de la ciudad votó para denunciar las «políticas de fronteras abiertas» de la administración de Joe Biden y reclamar al gobierno federal que adopte medidas más estrictas para frenar el flujo de personas provenientes de la frontera sur hacia el noroeste del condado de Miami-Dade.
En tal sentido el presidente del Concejo, Jesús Tundidor, declaró a la prensa: «Estamos viendo miles y miles de personas cruzando la frontera y llegando a lugares como esta ciudad. Y por eso necesitamos gritar para que nos escuchen. Y esperamos que esta resolución lo haga».
La resolución fue propuesta por el concejal Bryan Calvo y aprobada por una votación de 5-0, a pesar de la ausencia de los concejales Carl Zogby y Mónica Pérez. La normativa establece que la afluencia de inmigrantes ha «traído importantes desafíos sociales y económicos a la ciudad”, y que la misma no ha recibido el dinero y el apoyo necesarios para enfrentar las consecuencias que se derivan de este fenómeno.
El alcalde Esteban Bovo, quien amparó la resolución del martes, insistió en que el documento hiciera referencia a la iniciativa de la ciudad consistente en desarrollar «talleres de inmigración» dirigidos a instruir a los funcionarios sobre el impacto del arribo de inmigrantes a Hialeah, realizándose el primero este lunes.
Dicho funcionario ha señalado que la llegada masiva de inmigrantes a la ciudad ha contribuido significativamente a la agudización de la crisis de vivienda. Según él, de los más de 420.000 cubanos que han ingresado a la nación norteña en los últimos años, aproximadamente 150.000 o más han optado por vivir en Hialeah, donde hace dos años el censo estadounidense registraba la existencia de alrededor de 220.000 residentes.
Tras su salida del taller del lunes, Bovo expresó a un grupo de periodistas: «Nada aquí debe interpretarse como antiinmigrante, de ninguna forma. Mi trabajo es asegurarme de que el dinero que llega a las arcas de la ciudad se invierta de la manera más correcta posible. Necesito entender quién está en nuestra ciudad».
El Departamento de Policía registró un aumento del 4% en las llamadas a sus servicios, así como un considerable aumento de los accidentes de tránsito, mientras que el Departamento de Construcción informó de un incremento en las violaciones del código de vivienda. Paul García, portavoz del Departamento de Bomberos, explicó que en días recientes miembros de dicho organismo respondieron a una llamada de emergencia y cuando arribaron al lugar en cuestión se trataba de una persona indocumentada que vivía en un contenedor de almacenamiento y que estaba sufriendo un ataque cardíaco.
«Entendemos que esto va a generar escasez de personal, porque si hay más personas a las que tenemos que atender, eso significa que necesitamos agregar camiones y personal», dijo García.
Al decir de Fuente el aumento de las llamadas relacionadas con servicios constituye «una señal obvia de que tenemos muchas más personas viviendo o visitando la ciudad de Hialeah», pero reconoció que desconocía si ello se debía a la llegada de personas provenientes de otras naciones.
En relación a esta cuestión, indicó: «Lo que puedo descifrar con esos números es que hay más población, pero no te puedo decir si esa población es migrante o no».
El alcalde recalcó que la población de Hialeah, que es 95% latina, está subcontada debido a que muchas personas no participan en el censo que es el instrumento que utiliza el gobierno federal para la asignación de fondos a los estados y ciudades. Esta falta de participación obedece según él y otros funcionarios a que algunos residentes tienen miedo de brindar información personal al gobierno federal o no quieren confesar que residen en viviendas ilegales o con más personas de las permitidas legalmente.
La propia Oficina del Censo ha aceptado que en el 2020 los hispanos y latinos fueron subcontados a nivel nacional.
El próximo taller de inmigración tendrá lugar el 11 de marzo y a este asistirán empleados del DMV, así como varias iglesias que han ofrecido ayuda a inmigrantes en peligro de quedarse sin hogar.
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