Manuel Marrero, Ministro de Turismo en Cuba afirmó este fin de semana que todas las instalaciones turísticas del país estarán listas para recibir a los turistas en la temporada alta, el próximo mes de noviembre.
Cruz, declaró a la Agencia Nacional de Información que “todo el daño ocasionado por el huracán Irma es completamente recuperable”. Su optimismo difiere con el devastado panorama que viven los damnificados.
El régimen cubano ha dado prioridad a la recuperación de las zonas turísticas, mientras el pueblo espera su turno hundiéndose en el desamparo.
Residentes de diversas localidades que sufrieron de cerca el impacto del huracán Irma en la isla se muestran descontentos con la decisión del Estado de garantizar la pronta recuperación de las instalaciones turísticas, mientras la mayoría de los hogares destruidos en estos momentos no están ni recibiendo los materiales para que puedan ser reconstruidas dichas viviendas.
Nilo Alejandro Gutiérrez, de Morón se queja, “su prioridad es por donde entra la divisa”, pero la población será en un tercer plano, porque después del turismo están las empresas estatales y después la población, o sea, que seguimos siendo cubanos de a pie no, de a rodillas”.
El habanero Moisés Leonardo indica que el fondo habitacional de la isla se encuentra tan perjudicado que el paso de un huracán es solo la excusa de turno para los derrumbes.
“Lo que sea destruye esas viviendas, porque no son viviendas adecuadas y no han sido reemplazadas por un gobierno ineficiente que solo piensa en eso: en los turistas, en las remesas”.
Rosario Morales se siente ofendida por los anuncios en los medios de prensa con relación a que los hoteles estarán listos en breve tiempo para recibir al turismo, cuando hay cubanos que lo perdieron todo, por lo que no comparte las ideas del gobierno.
“¿Cómo es posible que le hayan dado prioridad al área del turismo y el cubano de a pie esta sin casa, está sin cama, sin alimentos y todo ha sido el bla bla bla?”, se cuestiona Morales.
También le incomoda la presencia de militares y policías en las zonas dañadas. No interpreta sus rondas como una forma de protección en tiempo de catástrofe, sino como amenaza contra la gente para evitar protestas.
“Por la mañana te levantas y andan unos jeeps descapotables con 6 y 8 hombres con una clase de pistolas, yo no sé cómo le llamaran a eso. Visten de negro y andan así, mirando a la gente, sembrándole terror al pueblo para que no hable, para que la gente no se lamente”, argumenta.
Otro cubano entrevistado por Martí Noticias, Rafael González no se sorprende por esta decisión del gobierno y no duda que ciertamente dediquen todos los recursos del país a restablecer en tiempo récord las zonas turísticas dañadas por la tormenta.
Dice haberlo visto antes, como también comenta ha visto a las personas que han resultado perjudicadas en años anteriores permanecer indefinidamente en albergues del estado, hacinados, sin esperanza de volver a tener su vivienda.