Déborah Rivas, la directora de Inversión Extranjera, anunció que la apertura de Cuba es atraer inversionistas extranjeros cuyos negocios concuerden con la política del país.
“Esto no significa privatización acelerada de la economía cubana, no queremos vender el país” destacó Rivas. El Mincex dijo que la mayoría de las inversiones extranjeras en el país pertenecen a Europa y Canadá, pero la idea es diversificar los socios económicos para no depender solo de un mercado.
La nueva Ley de Inversión Extranjera y la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) –que ofrece condiciones ventajosas a la instalación de empresas extranjeras– son los dos proyectos estrella de la isla para atraer capital, aunque todavía sus resultados no se han hecho notar.
La isla promueve una cartera de oportunidades de negocios que incluye 326 proyectos distribuidos en 11 áreas económicas que sumarían unos $8.700 millones.
Cuba aspira a atraer entre $2.000 y $2.500 millones anuales en inversión extranjera directa para tener un crecimiento económico sostenido y poder desarrollar el país, según fuentes oficiales.
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