Esta semana la administración del presidente Joe Biden ha vuelto a sancionar al régimen cubano por la pasividad en la búsqueda de soluciones para enfrentar la trata de personas. Para ello el gobierno de EE.UU mediante un memorándum que se vincula a la Ley de Protección de Víctimas de trata de 200 incluyó a Cuba en la lista de países que no apoyan el combate contra la trata de personas.
Lo anterior significa que tanto la Mayor de las Antillas como Bielorrusia, Nicaragua y Corea del Norte no podrán recibir ayuda humanitaria no relacionada al comercio en el próximo año. Dentro de las disposiciones coercitivas están las restricciones a funcionarios de la isla para que puedan participar en eventos de intercambio cultural o educativo que estén financiados por la administración estadounidense.
De igual forma resalta que los representantes de EE.UU en organismos internacionales tan importantes para el desarrollo de un país como el Fondo Monetario Internacional (FMI por sus siglas en inglés) rechacen cualquier intento de préstamo o ayuda económica que pueda beneficiar a la dictadura cubana. La primera vez que se incluyó a Cuba en esta lista fue en el año 2019 y en aquel momento el secretario de Estado de EE.UU, Mike Pompeo dijo: «Debemos llamarlo como lo que es, esclavitud moderna (…) El tráfico de personas es una crisis global y requiere una respuesta global».
La nota está basada en el análisis del Departamento de Estado sobre los pocos esfuerzos de la isla para eliminar este flagelo. En junio pasado el departamento había publicado un informe en el que confirma que el gobierno cubano estaba incluido entre los países con mayor número de personas bajo esta esclavitud moderna.
Cuba fue clasificada en el nivel 3, el más más bajo, junto a los regímenes de Venezuela y Nicaragua de acuerdo al Informe sobre la Trata de Personas 2024 que relaciona a las naciones más recalcitrantes en este sentido y debido a su alto nivel de involucramiento. Esto quiere decir que la isla no cumple con los requisitos mínimos para reducir la trata de personas y, en consecuencia, se resiste a fomentar medidas que contrarresten este movimiento ilegal de seres humanos con propósitos de esclavitud laboral.
El Departamento de Estado recalca que una de las modalidades de explotación que utiliza el régimen cubano es la exportación de médicos y profesionales a otros países para recibir un beneficio monetario a cambio. En concreto Washington se refirió a las denuncias de algunas ONG sobre la coerción y las pésimas condiciones de trabajo de los especialistas que participan en misiones y brigadas en países con graves epidemias y crisis sanitarias donde los cubanos corren grave peligro.