Un grupo de 27 balseros cubanos llegó en la madrugada del pasado viernes a tierra americana. Los 22 hombres y 5 mujeres fueron entrevistados mientras recibían ayuda por parte de la organización Church World Service (CWS) en Doral.
El balsero Lázaro Delgado, de 58 años comentó acerca de sus vivencias: “Si fue difícil la travesía, más difícil fue salir del cayo para acá, andábamos en un lugar que no nos podían localizar, le prendimos candela a la embarcación, le gritábamos a todos, y nada”.
Los balseros relatan que su travesía fue de 25 horas en el mar, para muchos las peores horas de sus vidas, el balsero Yohan Hernández, de 28 años comentó: «No se lo aconsejo a nadie porque esos viajes son peligrosos y uno no sabe lo mal que lo pasa hasta que no se tira en una embarcación de esas. Fueron las 25 horas más malas de mi vida. A mi me han dicho ‘no te tires porque es peligroso’, pero uno nunca sabe hasta que lo hace, pero si uno quiere proponerse una vida hay que hacerlo”.
Los balseros originarios de la Lisa en la capital, planearon la travesía por varias semanas decidiendo desembarcar desde Bahía Honda, Pinar del Río. Crearon una embarcación rústica hecha de madera con medidas de 20 pies de largo y 7 de ancho, instalaron tuberías de aluminio para mantenerse a flote y motor de un automóvil Isuzu.
Otro de los balseros agregó que “Ya nosotros nos hemos tirado tres o cuatro veces, teníamos unas cuantas multas de 3,000 pesos cada uno y como gastamos dinero haciendo la lancha ya nosotros no teníamos para pagar las multas, y decidimos hacer esta última”.
Antes de llegaran a Miami, los balseros tocaron tierra en Cayo Marquesa, conjunto de pequeñas islas ubicadas a 30 millas al oeste de Cayo Hueso, lo que provocó que los balseros mandaran señales de auxilio a las avionetas que volaban cerca del área, al no ver éxito prendieron fuego a la embarcación. Sin embargo ninguno de sus esfuerzos por atraer la atención dio resultado, hasta que varios de los balseros se arriesgaron a nadar para pedir ayuda a alguna embarcación que pasará por el lugar.
Confesaron que “el 90%” de sus conocidos quieren salir de la isla debido a las dificultades económicas que viven. Hacemos un llamado a cualquiera que se eche al mar para llegar a territorio estadounidense a que no lo haga, ya que arriesga su vida y tiene muy pocas probabilidades de éxito”, dijo Gordon en un comunicado. “La navegación por aguas del Estrecho de Florida puede ser extremadamente peligrosa para los viajes ilegales y, a menudo, conduce a una tragedia en la que hay muertos o heridos”.