Este miércoles un grupo de balseros cubanos arribó a los Cayos de Florida.
Varios agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos acudieron al lugar de desembarco auxiliados por miembros de otras agencias.
Según lo revelado por dichas autoridades el grupo estaba conformado por 21 migrantes, 18 adultos y 3 menores de edad, todos de nacionalidad cubana, quienes realizaron la peligrosa travesía marítima a bordo de una embarcación pesquera de madera.
Los antillanos resultaron detenidos en condiciones seguras a los efectos de ser procesados legalmente.
Este hecho pone de relieve la aguda crisis migratoria que atraviesa la isla, un fenómeno que tiene su origen en la caótica situación económica, política y social imperante, marcada por la pobreza, la violencia y la opresión del gobierno. La cifra de cubanos que se lanzan al mar para huir de esa cruda realidad y luchar por un futuro mejor en la nación norteña, es cada vez mayor, a expensas de morir en el intento.
El pasado mes de abril también llegaron a una isla deshabitada de los Cayos de Florida 18 migrantes cubanos. En esa ocasión la operación de rescate fue desarrollada por agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos y oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, así como de la Guardia Costera del Sudeste.
El grupo de migrantes, integrado por hombres y mujeres de distintas edades, navegó a bordo de una rústica embarcación, pero afortunadamente su estado de salud no era alarmante, solo estaban agotados por el viaje.
En el contexto actual se prevé que todas las personas que son interceptadas en el mar por autoridades estadounidenses son devueltas a sus países de origen. Es por ello que el gobierno de esta nación ha advertido en reiteradas ocasiones que no tolerará la inmigración ilegal a través de sus fronteras, recomendando a los migrantes optar por el uso de vías legales, seguras y ordenadas para ingresar a territorio norteamericano.