El miércoles 24 de abril la Guardia Costera de los Estados Unidos regresó a Cuba a un total de 52 balseros que intentaron llegar a tierra estadounidense ilegalmente. El grupo de migrantes estaba compuesto por 45 hombres, seis mujeres y una menor de edad de cuatro años.
De acuerdo con una publicación que realizó el régimen mediante la cuenta oficial de X del Ministerio del Interior (MININT) la mayoría de los interceptados son naturales de la provincia de Matanzas. Cuatro de ellos estaban en libertad condicional por cometer delitos en la isla, por lo cual serán puestos a disposición de los tribunales para retirar ese beneficio legal.
Según refleja el MININT esta repatriación constituye la número 31 que se realiza en el presente año para un total de 429 devueltos por varios países de la región, esta en particular se realizó como en otras ocasiones por el Puerto de Orozco de Bahía Honda, Artemisa.
Independientemente de los peligros que reviste para los balseros intentar llegar a Estados Unidos por vía marítima, los antillanos no cesan en lanzarse al mar para huir de la dictadura comunista y emprender una nueva vida en el país de las oportunidades.
El día anterior a esta repatriación La Guardia Costera del Sudeste, La Patrulla Fronteriza y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza realizaron una operación en la que detuvieron a 18 migrantes en una isla deshabitada en los Cayos de la Florida. Favorablemente los balseros se atendieron desde el punto de vista de salud y se encontraban en buen estado.
El día 20 de abril también se recataron otros balseros cubanos que estaban a la deriva. Gracias a los empleados del crucero Carnival que viajaban desde Tampa a Roatán, Honduras sobre las 2:30 pm abordaron a la embarcación de turismo para recibir atención médica y alimentarse.
El gobierno estadounidense en más de una ocasión ha insistido en que los inmigrantes irregulares que pretenden llegar a Estados Unidos por vía marítima arriesgan sus vidas. También alertan que a quienes detengan intentando ingresar al país por esta vía será devuelto a su nación de origen y no podrá entrar al país norteño dentro de cinco años después de su deportación. Este protocolo forma parte de las políticas de inmigración de la administración de Biden que pretenden fomentar una migración segura y ordenada.
Hace pocas semanas se realizaron en Washington las conversaciones en materia de migración entre funcionarios de Cuba y EE.UU. En el encuentro la parte cubana pidió a la administración Biden que cumplieran con los acuerdos de devolución a Cuba de todos los que emigraron de forma irregular desde el 12 de enero de 2017 y los interceptados en el mar entre otras cuestiones.
No obstante, como se conoce, la crisis migratoria cubana no se sustenta en la Ley de Ajuste Cubano vigente hace décadas y que da ciertos beneficios a los migrantes cubanos, sino a las más de seis décadas de represión de libertades de la dictadura y a la escasez de todo tipo de insumos básicos para la supervivencia de los residentes en la isla caribeña.