Recientemente un tribunal declaró culpable de asesinato en segundo grado y de asalto agravado con arma a un hombre que le quitó la vida a un ciclista en el puente Rickenbacker, de Key Biscayne el 14 de agosto de 2019. El juez de un tribunal perteneciente a Miami-Dade debido a las pruebas que aportaron los fiscales y por cómo se desarrolló el hecho sentenció al acusado Kadel Piedrahita a cadena perpetua.
En el caso del otro cargo que se le imputa el juez Alberto Milian le impuso una sentencia de 5 años en prisión. Según el magistrado el asesino le disparó en plena vía pública a una persona desarmada, algo que consideró pudo ser un «desastre». La fiscalía en el juicio que se desarrolló en septiembre explicó que este caso en particular no es complicado, solo se necesitaba emplear el sentido común y relacionarlo con las pruebas y evidencias que ellos presentaron en el juicio para llegar a una conclusión sobre los hechos.
Durante 38 minutos los acusadores expusieron al jurado cada aspecto del caso que demostraban la culpabilidad del acusado empleando para ello evidencia concreta, dígase videos y fotografías que mostraban el protagonismo de Kadel en los hechos.
Por su parte, Piedrahita se veía llorar en lo que los fiscales rodaban las imágenes y empleaban las técnicas psicológicas para que el acusado y el jurado se percataran del crimen que se había cometido contra una persona que presuntamente estaba desarmada.
“Sin reproducir el vídeo, ¿no se te queda su voz en la cabeza? ¿no escuchas ya la violencia de la que va a hablar?, dijo la fiscal que demostró a través de un video del acusado el odio y la violencia que había en sus ojos cuando amenazaba a Alexis Palencia, y que después materializó. Este material lo había hecho en sus redes sociales Piedrahita antes de cometer el crimen.
La fiscal estatal, Katherine Fernández Rundle cree que a pesar de que la víctima no está con su familia, esta puede estar más tranquila al saber que se hizo justicia. “Espero que la familia de Alexis Palencia haya adquirido algo de sentido de justicia con este veredicto sabiendo que nada puede reemplazar la pérdida sin sentido de un familiar querido”, subrayó Fernández.
En contraste la defensa del presunto asesino continuó sosteniendo el alegato de que su cliente en todo momento actuó en defensa propia toda vez que los atacaron dos ciclistas más, Soza y Londono quienes declararon como testigos presenciales de este caso.
Otro de los argumentos que utilizaron los abogados de Kadel fue que la víctima portaba un arma de fuego, pero este criterio no se ha podido probar en el transcurso de estos cinco años que duró el caso. Si el jurado considera que el acusado es culpable este podría enfrentar una condena de 25 años de prisión.