Una pareja de jovenes que habían comprado su primera casa en Saginaw, Michigan, en 2018, recibieron como regalo de su agente de bienes raíces un boleto para un viaje en un crucero de Royal Caribbean, sin embargo no fue hasta diciembre de 2022 que Vincent Wasney y su prometida, Sarah Eberlein decidieron tomarse las vacaciones, pospuestas durante bastante tiempo por la pandemia de Covid-19, pero lo que parecía seria un viaje paradisiaco se convirtió en una verdadera pesadilla cuando uno de ellos enfermó en el barco, recogió MoneyWatch.
El crucero partió con destino a Bahamas e incluía un viaje a CocoCay, una isla privada accesible a los pasajeros de Royal Caribbean que contaba con un parque acuático, paseos en globo y una excursión para nadar con cerdos.
Wasney de 31 años comenzó a sentirse mal ese día en CocoCay, y a la mañana siguiente empezó a sentir dolor agudo por el que tuvo que ser trasladado en silla de ruedas al centro médico del barco donde le administraron anticonvulsivos y líquidos.
Su historial de convulsiones por una epilepsia habían comenzado diez años atrás, sin embargo había transcurrido un largo tiempo sin sufrir alguna.
Cuando regresó a su camarote tras ser atendido por el centro médico de Royal Caribbean Vincent volvió a sufrir otra convulsión, esta vez dejó de respirar, y su novia notó sus labios morados casi negros.
Rápidamente Sarah fue a buscar ayuda, pero en su apuro se le cerró la puerta del camarote, cuando los médicos entraron a la cabina, Wasney ya respiraba nuevamente, pero tenía vasos sanguíneos rotos a lo largo del pecho y el cuello que, según dijo más tarde, parecían rayas de tigre.
Luego más tarde sufriría la tercera convulsión en pocas horas, para aquel momento el barco estaba suficientemente cerca del puerto, donde el podría ser evacuado por un bote de rescate, no obstante antes de que bajara en la pequeña embarcación recibió la factura de Royal Caribbean.
En ese momento Vincent no tenía seguro médico, pero de todos modos Royal Caribbean no acepta planes de seguro médico «terrestre». Wasney tendría que pagar un total de $2,500.22 antes de bajar del barco.
La pareja dijo que no podría pagar ese monto, y un empleado del barco le preguntó cuánto podría pagar, según contó agotaron sus cuentas bancarias, incluido el dinero ahorrado para el próximo pago de su casa, y agotaron su tarjeta de crédito, pero todavía les faltaban unos $1,000 que desembolsar.
Finalmente le permitieron abandonar el barco, y luego se enteraría de que su tarjeta estaba sobregirada para cubrir el déficit.
Una vez en tierra, en Florida, Wasney fue trasladado en ambulancia a la sala de emergencias del Broward Health Medical Center en Fort Lauderdale, donde incurrió en miles de dólares más en gastos médicos.
En el barco le dijeron que podría haber sido una deshidratación extrema, y explicó que recuerda haber tenido mucha sed en CocoCay. También se ha preguntado si probar caracoles por primera vez la noche anterior podría haber influido. La madre de Eberlein está convencida de que el episodio estaba relacionado con nadar con cerdos. Y no hay que olvidar que Eberlein rompió accidentalmente un espejo de bolsillo tres días antes de su viaje.
Wasney dijo que regresaron a Saginaw prácticamente sin dinero en su cuenta bancaria, con varios miles de dólares de deuda médica y sin idea de cómo cubrirían el pago de su hipoteca. Debido a que no tenía seguro en el momento del crucero, Wasney no intentó cobrar el reembolso de la factura del crucero de su nuevo plan de salud cuando su cobertura comenzó semanas después.
La pareja estableció planes de pago para cubrir las facturas médicas de la atención de Wasney después de abandonar el barco: uno con cada uno de los dos médicos que atendió en Broward Health, que facturaban por separado al hospital, y uno con la compañía de ambulancias. También realizó pagos de una factura con el propio Broward Health. Esos planes no cobran intereses.
Pero Broward Health dijo que Wasney no realizó dos pagos al hospital y que esa factura finalmente fue enviada a cobranza.
En un comunicado, la portavoz de Broward Health, Nina Levine, comentó que la factura de Wasney se redujo en un 73% porque no tenía seguro.
«Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para brindar la mejor atención con el menor impacto financiero, pero tampoco podemos enfatizar lo suficiente la importancia de aprovechar los planes de seguro médico privados y de la Ley de Atención Médica Asequible, así como el seguro de viaje, para reducir los riesgos asociados con viajes no planificados. problemas médicos», sostuvo Levine.
La pareja pudo realizar el pago de la casa con $2,690 que recaudaron a través de una campaña de GoFundMe que creó Wasney. Wasney dijo que gran parte de esa ayuda provino de familiares y amigos que conoció jugando al disc golf, un deporte que aprendió durante la pandemia.
«Muchas personas nos apoyaron.Pero todavía queda la factura del hospital», argumentó el hombre.
Por su parte, Joe Scott, presidente de la sección de medicina de cruceros del Colegio Estadounidense de Médicos de Emergencia, detalló que las prácticas de facturación difieren según la línea de crucero, y los cargos médicos generalmente se agregan a la cuenta a bordo del pasajero de crucero, que debe pagarse antes de abandonar el barco.
Después las personas pueden enviar recibos a sus aseguradoras para un posible reembolso.Recomendó que quienes planeen tomar un crucero compren un seguro de viaje que cubra específicamente sus viajes.
«Esto facilitará el reembolso si incurren en cargos y potencialmente cubrirá una costosa evacuación médica si es necesario», precisó Scott.
Mientras, Royal Caribbean sugiere que los pasajeros que reciben atención a bordo envíen sus facturas pagadas a su aseguradora de salud para un posible reembolso.
No obstante, este tipo de situaciones plantean una disyuntiva, ya que la mayoría de los planes de salud no cubren los servicios médicos recibidos en los cruceros.