Chatelaine Larzabal, trabaja como comunicadora en la Galería de Arte de San José de las Lajas, en Mayabeque, además de reconocerse como una creadora digital, publicó en Facebook un texto en homenaje a las madres cubanas, mostrando la realidad que viven, donde la tristeza el agotamiento y el estrés es el tema del día a día en sus vidas.
«Mamá, ¿qué te pasa que estás llorando? Nada hijo, fue una basurita en el ojo, duérmete que ya es tarde y mañana tienes que ir a la escuela. Y mientras duerme a su hijo, ella le besa la frente y acariciando su pelo llora aún más, es su momento para desahogar la tensión de un día entero…», dice al inicio el escrito.
Con un pequeño hijo de tan solo siete años, la escritora refiere que las madres cubanas no saben de termoeléctricas y menos aún de circuitos, pero si saben de malas noches para poder abanicar a sus hijos durante los apagones para que puedan dormir.
«El cansancio la tiene ojerosa y la tristeza reflejada en su rostro se ha convertido en su maquillaje permanente. Se levanta exhausta todos los días (…). Se ha convertido en un hada madrina que pone un plato de comida en la mesa de su hogar, tiene un solo ajustador y no recuerda la última vez que compró algo para ella», relata en el texto.
«Y por más que limpia sus ojos llorosos no logra ver un futuro para él, pero aun así, se esfuerza por hacerlo sonreír. (…) Hace mucho que no sabe de hombres, mucho menos de amor ni de odio, ella solo sabe que quiere una infancia feliz para su hijo», continua diciendo en su relato, que lo termina diciendo:
«Es digna de admiración, ella tiene todo mi respeto. En honor a todas las madres cubanas»
En el muro de comentarios de la publicación, cientos de personas comentaron, se ha compartido mas de mil veces en las redes sociales:
Algunos dijeron:
«Qué texto tan fuerte pero tan real a la vez, mis respetos a todas las madres cubanas, verdaderas guerreras que tienen que combatir toda esa impotencia de no poder darles a sus hijos lo que necesitan»;
«Bella y triste reflexión. La dura realidad que nos ha tocado, hasta cuándo será este martirio»; «Dolorosa y fuerte realidad, por lo que estamos pasando y sin fe ni esperanza de un futuro mejor. Duele y se desgarra el alma, se pierden los sueños y muere la ilusión»