El polémico hotel K23 en el corazón del Vedado capitalino está a punto de estrenarse. El edificio más alto de Cuba que se construye frente al Habana Libre, desde sus inicios contó con la desaprobación de críticos especializados por presentar irregularidades arquitectónicas de interés, así como personas de la ciudad, que no entendían como a pesar de la crisis económica se podía construir un hotel de tal magnitud.
El usuario que se hace llamar «soonivip» compartió una foto en Instagram en la que se muestra el casi concluido hotel. La imagen muestra la fachada completamente acabada y varias habitaciones encendidas que conforman el nombre del edificio, K-23, siendo observado por los capitalinos que residen cerca de la zona y carecen de materiales para reparar sus casas. Es un artilugio también de la dictadura para llamar la atención de los turistas, de forma desenfrenada busca potenciar el desastroso mercado turístico de la isla agravado por las ineficiencias del estado.
La imagen va acompañada de la siguiente pregunta del usuario que posee más de 30 mil seguidores: «»Noche de «Carrusel Habanero»
¿Cuántos han pasado por las inmediaciones de la Torre K en La Habana y han notado las pruebas de iluminación donde se puede apreciar claramente las letras (k – 23) en la fachada de la polémica Torre?»
El hotel mide 154 metros de altura sobre el nivel del mar, por encima del Habana Libre y tendrá servicio de 500 habitaciones con las disímiles comodidades para los turistas foráneos principalmente. Cuenta con una ubicación privilegiada en el centro de la ciudad capitalina con vistas hacia gran parte de la urbe y del mar cercano.
Desde que se comenzó a construir este imponente hotel, han surgido diversos comentarios y preocupaciones en las redes sociales sobre la calidad del hormigón utilizado y la seguridad y salud de los trabajadores involucrados en la obra, así como el brillo que emiten los cientos de cristales que posee y que generan molestias en los ojos de los conductores que transitan por la avenida 23, lo que puede traer como consecuencias accidentes automovilísticos.
Como característica distintiva, el K23 se construye con una calidad de materiales superior a la media utilizada en Cuba. Según el ingeniero Alfredo Ledón, en Cuba se suele utilizar hormigón con una resistencia de alrededor de 25 Megapascales (MPa), lo que significa que puede soportar aproximadamente 200 kilogramos por centímetro cuadrado de área.
Sin embargo, para el K23 se ha decidido trabajar con hormigón de 50 MPa, el doble de la resistencia habitualmente utilizada en el país. En cuanto a la calidad del hormigón, Alejandro Manuel Silva González, especialista y profesor reconocido de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (CUJAE), señala que las dosificaciones utilizadas en el K23 han sido avaladas por instituciones internacionales y laboratorios nacionales, como el Centro de Servicios Técnicos de Ingeniería y Tecnología de la Construcción (CITEC).
En cuanto al diseño estructural del K23, la mayoría de los edificios altos se diseñan con una torre central que tiene en cuenta la calidad del suelo y la cimentación. El ingeniero Alfredo Ledón explica que los núcleos ubicados a cada lado del edificio contienen las cajas de escaleras y los elevadores, y son los elementos estructurales que resisten la carga del viento, un factor determinante en la construcción de edificios altos. La cimentación del K23 se realizó sobre pilotes, que son perforaciones cilíndricas en el suelo rellenas de hormigón.
La construcción de hoteles en Cuba es una forma en que el gobierno intenta atraer turistas y generar ingresos para la economía. Sin embargo, la construcción de hoteles no es una solución a largo plazo para los problemas económicos del país. Los cubanos a través de los años han manifestado desde sus diferentes formas la falta de alimentos, las escaseces de productos de todo tipo, la poca atención médica, entre otras cosas.
Sin embargo, el régimen apuesta por el desarrollo turístico, aunque se sigan derrumbando los edificios y casas de los cubanos de a pie, muestra de ellos fue son las estadísticas de la propia Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) que corrobora que el régimen invirtió cuatro veces más en hoteles y restaurantes que en Salud Pública y Asistencia Social en el primer semestre de 2023, destinando un total de 2.325.3 millones de dólares administrado por el Grupo de Administración Empresarial de las FAR (GAESA).