El sábado 26 de enero, se inauguró la primera nueva iglesia católica romana que se construyera en Cuba desde la llegada de Fidel Castro al poder en 1959, reporta NBC 6.
La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad occidental de Sandino es una de las tres iglesias católicas autorizadas por Cuba como parte de un acuerdo entre el Vaticano y el gobierno comunista de la Isla, la misma se ha podido construir gracias a la ayuda de una congregación de Florida.
La ceremonia de apertura para muchos significó una señal de esperanza en medio de las tensiones internacionales.
Esta parroquia es la primera que se termina, tras el acuerdo entre el castrismo y el Vaticano. El Sagrado Corazón de Jesús se pudo construir con donaciones de los miembros de la Iglesia St. Lawrence en Tampa, Florida.
El reverendo Ramón Hernández, un sacerdote nacido en Cuba que vive en Tampa y regresó para la ceremonia dijo que se trata de «un puente entre Tampa y Cuba».
Las tensiones entre Cuba y EEUU se han incrementado en las últimas semanas debido a que el gobierno de Trump ha amenazado con nuevas sanciones contra el régimen cubano, aliado económico y político de Venezuela.
Hay que recordar que la «revolución» de Fidel Castro y la iglesia católica se enfrentaron en las primeras décadas de los años 60 del pasado siglo. Muchos sacerdotes trabajaron contra el nuevo estado gobernado por los comunistas y fueron expulsados por el gobierno, que también se apoderó de muchas iglesias, apunta NBC Miami.
En los años 90 Castro comenzó a permitir más libertad religiosa en Cuba, fue a partir de ahí, que los papas Juan Pablo II, Benedicto y Francisco visitaron la Mayor de las Antillas.
Una nueva iglesia en La Habana también se usa para el culto, pero permanece estructuralmente incompleta. Un tercer santuario en Santiago aún no ha comenzado una construcción significativa.
La apertura de la nueva iglesia en Sandino fue particularmente especial porque la ciudad es el hogar de familias que se mudaron de la región de Escambray en Cuba, donde los residentes lucharon contra el gobierno comunista en los primeros años después de la revolución.
Juan Hidalberto Hernández, miembro de la iglesia declaró a la prensa: «este es un evento histórico. Muchas familias y sus descendientes dejaron a sus santos atrás y no tenían una iglesia para orar».
La congregación de Tampa donó aproximadamente $ 95.000 para el nuevo templo, que alberga a unos 200 fieles, y se construyó en un terreno otorgado por el estado.