Acerca de la interrogante hacia su salud y al hecho de haber podido alcanzar septiembre en medio de dudas, cifras tentativas de cierre y un programa de rehabilitación que parece no terminar nunca, el pelotero cubano José Fernández comentó:
«Esa era mi meta principal, mantenerme saludable». Creo que me quedan un par de aperturas antes de finalizar todo y me siento fuerte. No veo motivo alguno para no terminar [la temporada]».
Aunque no está escrito en piedra, los Marlins siempre consideraron que la carga de trabajo de Fernández no excedería las 180 entradas, una cifra que sería alcanzada este martes si suma al menos seis episodios.
Fernández, por su parte, no quiere escuchar de límites y por estos días ha sostenido varias conversaciones con su manager, Don Mattingly, pero existe la posibilidad de que su apertura frente a Washington sea la última del 2016.
Después de una operación de Tommy John que le devoró dos mitades del 2014 y el 2015, Fernández estableció una nueva marca personal de entradas lanzadas (174.1) y virtualmente ha vivido la contienda completa, algo que no experimentaba desde su Año de Novato en el 2013.
Lo cierto es que el plan trazado por el club en la primavera -con al menos dos salidas saltadas- y un chequeo constante de de sus movimientos en el montículo, parece haber funcionado a la perfección.