Recientemente, Lino Bárbaro Tomasen, conocido como «El Hombre de Hierro», hizo entrega de una silla de ruedas a una joven cubana que posee limitaciones físicas con la colaboración del filántropo y humorista Limay Blanco.
A través de sus redes sociales Lino dio a conocer el gesto de solidaridad, alegando: «Gracias Limay, Pesca en Miami, y José Ramírez. Prometí la silla de ruedas en un mes y vino en dos días. A eso llamo amor entre hermanos, hermandad. Unidos cambiamos el mundo. Basta que hagamos feliz a una persona y ya estamos haciendo feliz el mundo de alguien».
El pasado 7 de abril seguidores de él, del comediante y de la web Pesca en Miami, se vincularon a la iniciativa de realizar en la ciudad del Sol un conjunto de donaciones para aliviar la situación de personas vulnerables en la isla.
El proyecto tuvo muchísima aceptación y, en consecuencia, se recopilaron cantidades significativas de prendas de vestir, medicamentos, alimentos, así como varias sillas de ruedas y electrodomésticos, parte de los cuales ya ha llegado a Cuba para su distribución entre personas con necesidades especiales y familias que requieren asistencia.
La joven se había comunicado con El Hombre de Hierro y le había solicitado ayuda, explicándole que su silla de ruedas estaba rota y que incluso había tenido que enmendarla con un maletín antiguo para poder sentarse, pero que ella no tenía la posibilidad de adquirir otra y que dicho aparato es imprescindible para el desarrollo de sus actividades cotidianas. Afortunadamente, su petición fue atendida y materializada mucho antes de lo que tenía pensado.
La donación a la cubana incluyó un ventilador, ropa, productos alimenticios y artículos de aseo. Tanto ella como su madre manifestaron su agradecimiento a Lino, al ministerio «Cristo Cambia Vidas» a cargo del humorista y a los cubanos que desde Miami apoyaron esta acción tan humana.
La semana anterior Limay Blanco y su Ministerio donaron dos sillas de rueda a una mujer cubana con un raro padecimiento que le impide estar de pie, por lo que tiene que caminar en cuadrupedia.
El gobierno de la isla nunca le proporcionó dicho dispositivo y cada vez que tenía que asistir a un evento social alquilaba una silla vieja por 750 pesos cubanos.
