Un acto de humanismo de su mejor amigo le permitió al joven cubano Manolito sonreír a la vida una vez más después que esta le donara un riñón. El día 12 de diciembre el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Almeijeiras fue escenario de tal acto de generosidad. Los dos jóvenes en esa mañana antes de entrar al salón de operaciones se dan la mano como si fueses dos soldados que van a la guerra y han pactado cuidarse ambos. Los amigos son Manolito como le conocen y Johnny su salvador y amigo de la infancia. El testimonio de estos muchachos lo divulgó el periódico antillano Escambray.
Manuel Rodríguez Santos (Manolito) es un joven de 21 años de edad que diagnosticaron en el año 2019 de una insuficiencia renal crónica terminal. Ese año estuvo prácticamente ingresado en su totalidad por disímiles complicaciones de la enfermedad. Por parte del team médico se decidió incorporarle una fístula que le mejoró la calidad de vida por el momento, al decir de la madre «fue un momento salvador. Manolito empezó a mejorar». En el año 2022 Manuel comenzó la diálisis peritoneal continua ambulatoria, la cual permite efectuar el proceso desde la comodidad de la casa.
Un día su amigo Johnny Rivadeneira Martínez, mejor amigo llegó a su casa y le dijo a la madre que pretendía donarle un riñón a su amigo enfermo Manuel y dijo con estas palabras: «Voy a donarle un riñón a mi amigo Manolito». La madre desconcertada no supo que decir en el momento ante tal muestra de solidaridad y a la vez peligroso para la vida de su hijo incluso. Johnny afirma que recibió críticas y elogios por su decisión y planteó al diario: «La gente de más edad me decía: Estás loco para hacer eso. Los más jóvenes lo asimilaron y me llegaron a decir: ‘Por mi mejor amigo, yo sí lo haría».
Johnny aseguró que al principio existieron irregularidades teniendo en cuenta que no tenían parentesco consanguíneo, no obstante, las regulaciones sanitarias cambiaron y se empezaron a realizar los estudios respectivos. Cuando las pruebas dieron positiva a la posibilidad de realizar el trasplante la familia de Manolito volvió a ver la luz al final del túnel.
Para suerte de ambos la cirugía terminó satisfactoriamente, los jóvenes continuaron ingresados en el hospital para evaluar su evolución posoperatoria en compañía de sus familiares. Cuando Johnny despertó lo primero que preguntó fue que, si su amigo Manolito ya orinaba, según manifiesta la madre Miladys. Ambos pasaron varios días en el hospital hasta que les dieron el alta.
Manolito agradeció a su gran amigo de la infancia por tan indo acto de amabilidad y a la familia que siempre estuvo a su lado, incluyendo su novia Kamila. Al respecto dijo: “El gesto de Johnny me ha cambiado la vida, me ha salvado. Nunca intenté hacerme ilusiones con una salida segura de esta enfermedad; sin embargo, nada de lo que haga será suficiente».
“Convivir con esta enfermedad ha sido difícil; pero siempre me he sentido acompañado por mis padres, mi novia Kamila, mi familia, mis amigos, los médicos y por Johnny, que se mantuvo firme hasta el final y postergó proyectos importantes de su vida por salvarme”, sentenció Manuel.
“La donación de órgano, ya sea de donante vivo o cadavérico constituye un acto de altruismo. En un momento de dolor como es la pérdida de un ser querido, esa familia es capaz de salvar a otro. Y en el caso del donante vivo, el alcance de ese gesto resulta invaluable”, sostiene la doctora Milagros Hernández Fernández, especialista de segundo grado en Nefrología y coordinadora regional de trasplante en el centro de Cuba.
Según el periódico Escambray en el año por concluir, Cuba reporta 12 trasplantes de riñones, efectuados por equipos multidisciplinarios del Hermanos Ameijeiras, del Instituto de Nefrología y el Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas, según el doctor Remberto Cruz Pérez, jefe del Grupo Provincial de Nefrología en Sancti Spíritus.
La madre de Manolito agradeció a la vida por haberle dado la oportunidad de que su hijo encontrara una pareja, que incluso estudia medicina. Refiere la madre que no tiene como agradecer a Kamila, su nuera, que da muestras de amor a diario a su hijo.
En tal sentido expresó para concluir con la entrevista del periódico: “Hemos aprendido a asumir la vida con amor y hemos recibido enormes gestos de amor. Manolito y Johnny tienen grandes amigos y los han acompañado en las circunstancias más difíciles. La vida le dio a Manolito una novia, estudiante de cuarto año de Medicina y ella le ha dado pruebas del amor más puro e incondicional del mundo. La bella Kamila es la hija que la vida me dio. Lo que ha sucedido alrededor de la enfermedad de Manolito es realmente una aventura, una aventura de amor y de salvación”.