Familiares de Raidel García Otero, denunciaron que el joven se encuentra en estado de coma, por presunta negligencia médica e irresponsabilidad de las autoridades carcelarias.
Otero fue trasladado el viernes pasado en críticas condiciones de salud, desde la prisión de Valle Gran hasta la Covadonga.
El joven de 29 años, y técnico económico, estaba preso en el Penal de Valle Grande desde el pasado 27 de octubre.
Otero padece una enfermedad que le ocasiona inflamación en los órganos vitales; el pasado 15 de enero, su madre, Delia Otero, y su padre, trabajador de la administración del diario oficialista Juventud Rebelde, se preocuparon cuando no recibieron la llamada habitual de los lunes.
Los padres del joven, que antes de estar preso, era empleado de una empresa militar; llamaron a la prisión y le respondieron que el muchacho tenía gripe.
Un fotorreportero del diario Grama, Pablo Pildain Rocha, amigo de la familia, publicó en la madrugada del sábado en la red social Facebook, una foto del joven acompañado de un mensaje, en el que afirma hará una denuncia, si el muchacho fallece.
Una fuente cercana a la familia dijo a Martí Noticias: “El martes, 16 de enero, uno de los compañeros de Raidel llamó a la familia y les alertó que el joven estaba mal y que no estaba recibiendo la atención médica adecuada. Sus padres fueron al penal pero no recibieron información y tampoco le permitieron verlo”.
Hasta el viernes de la semana pasada, no fue que llamaron del penal para avisar que Otero estaba ingresado en el Hospital Salvador Allende, antigua Quinta Covadonga, en el municipio Cerro.
El viernes 19 de enero, a las 2:00 pm, el joven fue trasladado en críticas condiciones de salud desde la prisión de Valle Grande hasta la Covadonga, de acuerdo a testimonios.
De acuerdo al hospital, el paciente debe haber estado en tal situación al menos 4 o 5 días antes, considerando las condiciones en las que llegó al centro.
En el penal de Valle Grande, que pertenece al Departamento de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior, en Arroyo Arenas, en las afueras de la capital, este incidente no ha sido el único.
En marzo de 2010, allí murió el preso Pedro Márquez Bell por falta de una adecuada atención médica; el recluso Raúl García Ramos también reclamó atención especializada, por sufrir una aguda cirrosis hepática y cáncer de esófago, tampoco recibió asistencia.
(Con información de Martí Noticias)