La familia Castro, que ha gobernado y gobierna el destino de Cuba desde hace ya 58 años, ha obligado a los cubanos a vivir en la pobreza y la austeridad y castigando con crueldad a todo el que intente o piense en vivir un poco mejor.
Esas reglas de austeridad impuestas al pueblo de Cuba no aplicaron nunca a la familia Castro, criada en el secretismo y disfrutando de todo lo que se le negaba al pueblo.
Además de la buena vida, Fidel Castro y su hermano Raúl malgastaron todos los recursos del estado en excentricidades y regalos para buscar apoyo internacional a su dictadora sin tener que dar explicaciones a nadie.
En los momentos de más crisis económica, Castro, envió a Ho Chi Minh, ranas toros vivas y helados Coppelia, para eso hizo atravesar medio mundo a aviones cubanos, con escalas en varios países a un elevado precio que pagaron todos los cubanos de a pie con su sufrimiento.
“A los vietnamitas les encanta el helado de frutas naturales (…) Fidel debe haberse enterado y en uno de esos gestos que muestran su delicada ternura, le envió al amigo nuestro Coppelia, no una vez, sino varias veces.” relato con el mayor descaro una periodista de Juventud Rebelde según reporto CubaNet.org.
Fidel llego a regalar incluso la isla Cayo Largo del Sur, a la entonces República Democrática Alemana (RDA), arrepentido 20 años después Castro aclaro que fue un gesto simbólico.
Esa misma vida la disfrutan ahora los hijos y nietos de los Castro, algún día alguien se preguntará dentro de Cuba quien paga los viajes a Europa a todo lujo de los hijos de Fidel y de Raúl. Ojala y el día que alguien se le pregunte quede alguno para que pueda responder y pagar al daño que le han hecho a los cubanos.
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