Un tiempo posterior del desastre del avión de LAMIA, un grupo de especialistas afirmaban la negligencia del piloto, según el cual la aeronave agotó la gasolina en medio del aterrizaje.
El avión en cuestión abandonó la pista sin el suficiente carburante, y esto agrede sin dudas las normas internacionales que rigen estas maniobras.
Aunque los ejecutivos bolivianos continúan señalando que el piloto del avión no trabajó con la rapidez que se necesitaba, LAMIA debió de percatarse, por las acciones que se llevan a cabo en estos casos, de que la aeronave contaba con el suficiente combustible antes de su despegue.
Esta negligencia ha implicado que más de setenta familias estén llorando a sus seres queridos.