Un cotidiano deportivo italiano llegĆ³ hasta Finlandia para entrevistar a los 5 voleibolistas cubanos acusados de haber violado a una mujer en 2016, y por ello condenados a 5 aƱos de prisiĆ³n. Otro voleibolista fue absuelto del delito hace unos meses.
Los cubanos se encuentran en prisiones de aislamiento dedicadas a violadores. Dos se encuentran en la cĆ”rcel de Turku, tres en Kylmakoski, lugar donde se cumpliĆ³ el delito. Osmany Uriarte (21 aƱos), Luis Sosa (21), Rolando Cepeda (27), Ricardo Calvo (20) y Abrahan A. Gavillan (21) han sido condenados en primer grado el pasado 20 setiembre: 5 aƱos para 4 de ellos, y 4 para otro.
Los hechos se habrĆan cumplido el 2 de julio de 2016, la noche anterior del partido de World League contra Finlandia. Las pruebas son cruciales: los test de ADN y el testimonio de la vĆctima les alcanzaron a los jueces para condenar a los 5 cubanos.
La Gazzetta Dello Sport cuenta que los cubanos han podido recibir, hasta ahora, las visitas del embajador y del presidente de la FederaciĆ³n cubana de Voleibol. Los cubanos estĆ”n a la espera de la apelaciĆ³n que habrĆ” lugar el 16 de mayo de 2017.
El capitĆ”n Cepeda cuenta al cotidiano: Ā«Es terrible lo que estamos viviendo. La calificaciĆ³n a los Juegos OlĆmpicos de Rio nos costĆ³ mucho, llevĆ”bamos 16 aƱos fuera de la competiciĆ³n, y estuve muy orgulloso de ver a mis compaƱeros jugar en las Olimpiadas. El debut contra Rusia lo pude ver, desde mi celda. Muchas son las coincidencias extraƱas: han destruido a un equipo fuerte, reciĆ©n comenzĆ”bamos a jugar al exterior. El proceso se llevĆ³ a cabo en un ambiente hostil: quizĆ”s porquĆ© somos extranjeros y tenemos la piel oscura, o por haber dicho palabras cubanas que no son traducibles. El juez decidiĆ³ creerle a ella y todo lo que hable de Cuba se amplifica. PerdĆ todo el dinero que ganĆ© jugando en Grecia. En Cuba no hay Skype, mi esposa, mi mamĆ” y mis dos hijos tienen que ir hasta Moscu para conectarse, por solo una hora al mes. Ya ha pasado 3 veces, y volverĆ”n a ir para mi cumpleaƱos, mi primero en la cĆ”rcel. Estoy muy cansado, pero comencĆ© a reaccionar junto a mis compaƱeros: logrĆ© hacer pesas en la nieve, con 15 grados bajo cero. Yo, un cubano acostumbrado a hacerlo en temperaturas superiores a los 20 grados. Mi dĆa solamente vale por una hora: cuando puedo cocinarme a la cubana. Nosotros los cubanos somos demasiado instintivos, hicimos mal en confiar, las cosas fĆ”ciles a veces salen muy carasĀ».
Otro jugador, Osmany Uriarte, dijo: Ā«Yo he conocido a la mujer, no me imaginĆ© que iba a poder arruinarnos la vida y la carrera. Me decĆa que le gustaban los deportistas altos y de color. Yo no tuve el valor de mirar las Olimpiadas en televisiĆ³n, fue demasiado duro para mi. Vi el cielo despuĆ©s de 7 meses y no tenĆa la fuerza para salir a tomar aire. Solamente mirĆ© pelĆculas, y no puedo escuchar la mĆŗsica salsa debido a que no dejan meter cd que no sean originales en la cĆ”rcel: pero en Cuba toda la mĆŗsica es pirataĀ».
Uriarte aƱade: Ā«RaĆŗl Castro no nos ha escrito, sĆ© que ha muerto Fidel, seguro fue algo muy fuerte para la isla. No tengo nada de lo que avergonzarme. Solamente me arrepentĆ de haber conocido a aquella mujer y haber involucrado a mis compaƱeros en esa fea historia. Me hubiera gustado desafiar a Osmany Juantorena en los Mundiales de Italia en 2018. Espero poder hacerlo en 2018. No sabemos nada del futuro, hemos sido suspendidos temporalmente de la federaciĆ³n internacional, despuĆ©s de Rio hubiera tenido que jugar en TurquĆa. Todo es escena, ficciĆ³n, yo no he tenido sexo con aquella mujer. Espero que la apelaciĆ³n nos dĆ© la posibilidad de aclarar. Nuestro ex entrenador, Pimienta, nos ha escrito: se ha arruinado una gran historia de deporte. No tengo la fuerza de ver el voleibol en televisiĆ³n: en este momento hubiera tenido que estar en Argentina y no en esta celdaĀ».
Ricardo Calvo, el mĆ”s joven del grupo, manifiesta su fe santera y dice Ā«todos los dĆas pido ayuda para sobrevivir. QuizĆ”s fue porque, siendo cubanos, somos instintivos, hablamos demasiado y demasiado rĆ”pido y el juez no nos quiso creer, pero hay prejuicioĀ».
Abraham Gavillan aƱadiĆ³: Ā«En los momentos cruciales del debate ante el juez estĆ”bamos muy nerviosos, quizĆ”s dimos una imagen de exuberancia y nos hemos equivocado. Ella se reĆa de nosotros, nos ha arruinado para siempreĀ».
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