La tasa de natalidad en Cuba “desciende alarmantemente”, a causa de la grave crisis económica que experimenta la Isla generada por el régimen cubano.
Esto hace peligrar la estabilidad en la pirámide poblacional, por lo que en febrero de este año el órgano del Partido Comunista de Cuba, el diario oficial Granma anunció que “ante un desafío inaplazable” de aumentar el número de alumbramientos extendía su protección y beneficios a las madres para así “estimular la fecundidad”.
De acuerdo a datos publicados por Granma, desde hace más de tres décadas Cuba no supera los más de 2,1 hijos por mujer, “necesarios para alcanzar un adecuado reemplazo poblacional”.
Aunado con el envejecimiento poblacional se trata de una situación grave.
Asimismo el gobierno cubano en publicación en La Gaceta Oficial, dijo que daría prioridad en los subsidios a las madres de familias de escasos recursos que tengan tres o más hijos menores de 12 años para que arreglen sus casas.
Entre otras medidas el Estado argumentó que las madres cubanas podían volver a sus centros de trabajo una vez cumplan su licencia de maternidad antes de que su hijo cumpla un año y seguir recibiendo simultáneamente las prestaciones sociales a las que tienen derecho junto a su salario.
Lo que el gobierno cubano parece obviar es que estas superficiales normas nada cambian en la situación de la mujer cubana, que seguirá evitando por todos los medios posibles traer una nueva vida al mundo ante la penuria económica que vive.
La precariedad económica que sufre la familia cubana es la causa principal del fenómeno.
La Agencia Dos Mundos informa para Martí Noticias, qué opina la población en la Isla.
“Solamente para las cosas todo es carísimo, solamente un jueguito de capoticos (refiriéndose a artículos de canastilla) que eso se lo pones al niño un día o dos, costó cincuenta pesos”, declaró Mariani González Martínez.
Añadiendo que “la tela antiséptica cuesta carísima en la calle, que es para hacer los pañales, cuesta diez CUC, según como la consigan”.
Yaneisy Hurtado revela que ella no tiene una cuna, “porque eso es mayormente para casos sociales”, afirma la mujer con la niña en brazos.
“El tema de la alimentación es complicado, porque nosotros recibimos una dieta, de leche, de carne, pero a la hora de las meriendas es difícil, ya que las embarazadas deben tener seis comidas al día, y todas las meriendas deben ser con leche o con frutas, cosas que no dañen nuestra salud”, argumenta una embarazada.
Yaneisy comenta que ella tuvo muchas veces anemia, y que necesitó comprar la carne en la calle, de manera ilegal.
Sobre las condiciones del hogar para la llegada del bebé, muchos cubanos tienen que reformar su casa, ya que viven cinco y seis personas en un mismo inmueble, por la crisis de la vivienda en Cuba, las parejas jóvenes en diversas ocasiones se ven obligados a vivir con sus padres, abuelos, y en los hogares cubanos escasean las habitaciones.
Una entrevistada comenta “la cuna está junto con nosotros en el cuarto, al lado de nuestra cama, es como único porque no hay cuartos para todo el mundo”.
(Con información de Martí Noticias)