Según afirman habitantes en Cuba, la compra y venta de casas entre cubanos ha disminuido considerablemente en los últimos meses, los mismos alegan como causa principal la falta de recursos para cubrir el costo de esa transacción.
Rolando ‘Pupo’, residente de San Juan y Martínez, en Pinar del Río, dijo que en este momento hay muy pocos compradores en su provincia.
«Por lo general, lo que se venden son casitas que están en muy mal estado, en 30 mil, 40 mil, 50 mil, 80 mil y 100 mil pesos cubanos, que es más o menos a lo que puede aspirar un cubano medio que tenga la posibilidad de tener un negocio o un familiar allá afuera en el exterior, que quiera contribuir y ayudar», señaló.
La compraventa de viviendas en la isla fue autorizada por el Sexto Congreso del Partido Comunista (PCC), en marzo de 2011, como parte de 300 medidas aprobadas para favorecer la apertura del sector privado, la reducción de empleos en el sector estatal, la autogestión de las empresas públicas y la descentralización del aparato del Estado.
El Gobierno de Cuba aprobó en 2014 nuevas medidas para las operaciones de compraventa y traspaso de viviendas, buscando evitar declaraciones inferiores al valor de los inmuebles, y para evitar el encubrimiento de compras a través de donaciones e impedir que los cubanos evadieran los impuestos establecidos.
Según un reportaje sobre el tema publicado por el periodista cubano Yusnaby Pérez, una casa o apartamento promedio en condiciones medianamente decentes no costaba menos de $150.000 dólares.
En teoría, acorde con el salario promedio en la isla un cubano tendría que reunir 694 años de salario íntegro para poder pagar una casa en La Habana, porque, además, no hay banco que financie la compra de una casa para un ciudadano común.
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