Los esfuerzos de los cubanos para tener su propia casa en Cuba no fructifican, en un paĆs donde el desabastecimiento y la indolencia estatal reinan.
Mientras el sĆ”bado 25 de noviembre, el Gobierno cubano conmemoraba el primer aniversario de la muerte del autĆ³crata fallecido, Fidel Castro; en el reparto Juanelo, en el municipio San Miguel del PadrĆ³n, en la capital cubana, Yosvani y su familia cumplĆan diez aƱos de residir en una casa que aĆŗn estĆ”n construyendo, gracias a sus ingentes esfuerzos.
Cuando decidieron erigir la vivienda en un terreno baldĆo al sureste de La Habana, tenĆan pensado terminarla en tres aƱos, pero la realidad del cubano se impuso.
Yosvani confiesa: āPero entre el papeleo para legalizar el terreno, ‘tocando’ [manera popular de llamar en Cuba a la acciĆ³n de sobornar] a funcionarios paāque agilizaran los trĆ”mites y la compra de materiales de construcciĆ³n que cada vez suben mĆ”s los precios, se nos fue el dinero que tenĆamos ahorradoā.
Como gran parte de las familias en la Isla caribeƱa, tras tirar las paredes y el techo comenzaron a habitar la vivienda, sin que la misma estuviese terminada; con tramos de piso aun sin enchapar, cartones puestos en ventanales de hierro, y un sistema elƩctrico a la intemperie, reside la familia en la casa de Juanelo.
āLas obras se fueron postergando, a veces por falta de plata o porque no aparecĆan los materiales. ĀæTĆŗ sabes cuĆ”nto cuesta un metro de cristales?, se pregunta Yosvani y Ć©l mismo responde: 50 pesos convertibles [moneda equivalente al dĆ³lar], caballo. Y yo necesito ocho metros. A eso sĆŗmale que en la shopping [denominaciĆ³n cubana para los comercios en divisas], el metro de piso cuesta de 15 a 20 cuc y tengo que comprar 45 metros. Y un albaƱil de medio palo [mediocre] cobra 8 cuc por el metro cuadrado de enchapeā, explica el hombre.
āDe tener el dinero en la mano y poder conseguir los materiales, el gao (casa) lo terminarĆamos en 2022. Cuando empezamos a construirlo, una de mis hijas tenĆa quince aƱos, ahora ya tiene un hijo. Si nos demoramos, vamos a tener que levantar otra casa en la azotea de la que aĆŗn no hemos terminadoā, acota Yosvani.
Lo peor es que como este caso en la capital hay miles, y en las demĆ”s provincias cubanas aĆŗn mĆ”s, construir y terminar una casa en tiempo en Cuba es un privilegio.
Otra cubana casada y con cuatro hijos, vive en una casa de mamposterĆa medio hecha desde hace siete aƱos; la vivienda se encuentra ubicada en la Carretera Central, a diez kilĆ³metros de Santa Clara. La mujer se llama, Delia.
āLa ansiedad te va consumiendo. El sueƱo de cualquier matrimonio es vivir en un hogar bonito. Pero ese sueƱo se va postergando por diferentes causas, sobre todo porque el dinero inicial calculado no alcanza, debido a las constantes subidas de precios de los materiales de la construcciĆ³n y tambiĆ©n de la mano de obra. En ocasiones tienes el dinero, pero no aparece la cabilla o el cemento. Como el cuento de la buena pipa, no tienes para cuando acabarā, alega Delia.
Su esposo empezĆ³ la construcciĆ³n de la vivienda hace dos aƱos y comenta que āa la hora de hacer el presupuesto, debes calcular dos o tres veces por encima del inicial, pues la tendencia del coste de los materiales es a subir. Para edificar mi vivienda tengo 40.000 pesos convertibles, pero ya de esa cantidad tuve que apartar 2.000 cuc, que se irĆ”n en el papeleo y ‘tocar’ a los tipos de la vivienda por debajo de la mesa, para que agilicen los trĆ”mites. AdemĆ”s de tener buenos contactos cuando vayas a comprar los materiales de la construcciĆ³n, debes tener disponible una brigada de albaƱilerĆa lo mĆ”s profesional posible. Es la Ćŗnica manera de avanzar rĆ”pido. Si no, te empantanasā.
Norberto otro cubano que vive en el reparto el Sevillano, en La Habana explica: āLa bolsa de cemento estĆ” a 315 cuc. El metro de cabilla de media pulgada ronda los 6 cuc, el metro de cable de electricidad, que hace tres aƱos costaba 4 cuc el metro, ahora vale 10 o 15. Cada uno de los materiales que necesitas cuesta el doble o el triple uno o dos aƱos atrĆ”s. Pasa lo mismo con la mano de obra. Antes encontrabas un albaƱil que por su trabajo cobraba 5 cuc el metro cuadrado, en estos momentos te cobra 9, 10 o mĆ”s pesos convertibles. Y en las tiendas por divisas, paāque te cuento, los precios son de escĆ”ndaloā.
Aunque el rƩgimen cubano reconoce el dƩficit de viviendas en Cuba, las verdaderas cifras se le ocultan al pueblo, y la prensa estatal las camuflajea. Las familias cubanas se han acostumbrado a no tener independencia, ni privacidad; los nietos nacen en las casas de sus abuelos, y conviven con sus primos; ni hablar del mobiliario, si construir la casa es un problema, quƩ puede quedar para amueblarla decentemente.
(Con informaciĆ³n de Diario Las AmĆ©ricas)