El miércoles por la mañana, una flota de la Armada rusa que contenía una fragata de última generación y un submarino nuclear atracó en La Habana, lo que está generando mucha polémica.
Tras la impresionante llegada de barcos a la Bahía de La Habana, el número de fotografías tomadas por agencias de prensa y cubanos ansiosos en el puerto se ha disparado, de manera muy parecida a cuando atracaban cruceros de Estados Unidos en el pasado.
Los diplomáticos extranjeros y los turistas rusos en la isla estaban ansiosos por presenciar el despliegue naval de su nación en aguas cubanas.
En las últimas horas, el gobierno estadounidense ha enviado múltiples buques de guerra y un avión de reconocimiento sumergido para monitorear la trayectoria de la flota rusa que se dirige hacia Cuba, cuyo arribo está previsto para el miércoles.
Estados Unidos ha enviado dos destructores, el USS Truxtun y el USS Donald Cook, junto con el cúter Stone Coast Guard y un avión de patrulla marítima Boeing P-8.
La semana pasada, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba informó la llegada de varios buques de la Armada rusa a La Habana para una visita oficial, que incluía un submarino de propulsión nuclear.
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