Desde el mismo viernes los cubanos atacaron las tiendas en divisa debido a las rebajas de los precios de alimentos del gobierno cubano en décadas. Esto fue principalmente ante el creciente reclamo de una población castigada por los bajos salarios.
«¡Era lo que estábamos pidiendo desde hace años, que bajaran un poco los alimentos! Porque comer en Cuba es un lujo que pocos se pueden dar«, declaró a la AFP el electricista Rafael González, de 42 años, en la Plaza Carlos III.
Aprovechando la rebaja y que la Plaza estaba abastecida «como hacía rato no la veía», González se gastó 25 dólares en cárnicos, lo que equivale a 600 pesos cubanos su salario mensual, pero lamentó que «otros productos como el queso y el yogur no se beneficiaron con la rebaja«.
Por otra parte, Lázaro Golgal, de 74 años considera que todo sigue demasiado alto, cuestionando «¿Cuánto gano yo? 270 pesos cubanos. ¿Cuánto gasté aquí, 3,25 CUC que son 78 pesos cubanos. Aquí no hay ninguna rebaja en ese sentido, no se puede vivir con el salario que uno tiene, más los jubilados» quien solo compró menos de dos kilogramos de pollo.
El anuncio de la rebaja corrió el jueves como pólvora entre los cubanos y era motivo de comentarios el viernes. Algunos consideraban la rebaja muy limitada, mientras otros se preguntaban por cuánto tiempo el Gobierno podrá mantener las tiendas abastecidas, como estaban el viernes.
Otros como la anciana Rafaela solo acudió al mercado para «curiosear». Para «ver si lo que le había dicho su vecina era cierto«. Como ella, muchos pasaron su vista por los estantes inhabitualmente llenos en la Isla.
El Estado cubano, que controla un 80% de la economía, arrastra viejos problemas de abastecimiento a consecuencia de un sistema deficiente de producción, algo ya reconocido por el Gobierno, y trabas en la importación vinculadas con el embargo estadounidense.
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