Los cubanos emigrados no quieren regresar a Cuba ni de visita, ni las estadísticas del régimen pueden ocultarlo

Aeropuerto Internacional de La Habana. Foto: pio3 / Shutterstock.com

Las estadísticas están revelando que la mayoría de los naturales cubanos que salen de lsla optan por no regresar ni de visita, las cifras más recientes de la estatal Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), revelaron que las visitas de emigrados cubanos a la Isla entre enero y noviembre de 2024 han caído un 18%.

Según el informe mensual, la llegada de viajeros hasta noviembre fue de 2.719.259, el 95,2% en comparación con igual período del pasado año, lo que se traduce a 137.047 viajeros menos, destacando que el turismo es una industria que en el país comunista no ha vuelto a reanimarse desde que se desplomara tras la pandemia de Covid-19 en 2020.


Las estadísticas del régimen dieron cuenta de que entre enero y noviembre de 2023 unos 325.292 cubanos residentes en el exterior visitaron La Mayor de las Antillas para hacer turismo y visitar a sus familiares, en contraste con este 2024 cuando solo 266.625 viajaron a Cuba con estos fines durante el mismo período.

Sin lugar a dudas, el descalabro económico y político ha sido tal en los últimos años, que muchos cubanos continúan ayudando a sus familiares pero prefieren no regresar, y otro grupo que cuenta con la posibilidad opta por contribuir para que su familia emigre o salga a vacacionar a terceros países, como República Dominicana o México, por lo que a la Isla mayoritariamente viaja el emigrado que no tiene otra alternativa para ver a sus seres queridos, y muy pocos porque realmente tengan la necesidad emocional de volver.

De igual modo, en los últimos cinco años también ha caído significativamente el número de viajeros internacionales que recibe Cuba, ya que las mismas estadísticas de la ONEI sacaron a la luz, que este 2024 viajaron al país caribeño 172.451 menos turistas que durante enero a noviembre de 2023. Pese a los numerosos complejos hoteleros con los que cuentan los polos turísticos cubanos, y la fama de las playas de La Mayor de las Antillas.

La gran verdad es que ya ni siquiera los extranjeros se sienten bien con llevarle dólares a una dictadura que se ha quitado la máscara para mostrar su verdadero rostro descarnado, más allá de la pésima calidad de los servicios que durante décadas se ha cultivado en medio de la desidia comunista.


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