Una madre cubana recién llegada a Estados Unidos protagonizó un emotivo encuentro con su hijo a quien no veía hacía 5 años.
Con lágrimas en los ojos la madre corrió para abrazar a su hijo «soy la mujer más feliz del mundo» dijo.
«Hay que grande dios mío mi hijo» dijo la mujer que no podía parar de llorar.
Con la llegada de cientos de miles de cubanos en los últimos años, encuentros como estos se han vuelto más frecuentes.