Jenny, una cubana que pudo traer a su madre a EEUU desde la Isla, grabó un TikTok con ella cuando se sorprende en un supermercado estadounidense al ver el tamaño de las cebollas.
La señora quedó asombrada al ver el producto, acostumbrada a las diminutas cebollas que se venden en Cuba, donde la escasez es el pan de cada día.
«No me digas que esas son las cebollas, por favor. Yo nunca en mi vida había visto una cebolla tan grande a la edad que tengo», comentó la madre anodada.
Luego su hija le mostró los ajos y los limones amarillos que son muy comunes en EEUU, y aunque también le extrañó el color de estos cítricos, porque en Cuba no se ven, la señora reiteró que lo que le había causado mayor asombro eran las cebollas.
Estos vídeos a menudo se viralizan en las redes, ya que causa gracia y a la vez tristeza la ingenuidad de los cubanos al llegar a los países capitalistas donde hay todo tipo de frutas, verduras, e infinitos productos novedosos, nunca antes vistos en La Mayor de las Antillas, una nación que lleva más de seis décadas en desabastecimiento a causa de la dictadura más longeva del hemisferio.
A los cubanos le es difícil adaptarse a un mundo completamente distinto a lo que ellos están acostumbrados, quién no recuerda la primera vez que tuvo una tarjeta de crédito, que ganó su primer salario y con ello pudo pagar su alquiler, su automóvil y cubrir todas sus necesidades básicas.
Para los que tenemos entre 30 y 40 años es más fácil adecuarse a todo los cambios que supone vivir en un país con economía de mercado. Sin embargo, a aquellos que están en los 60 les cuesta más y nunca van a dejar a comparar las nuevas vivencias con su forma de vida en Cuba, simplemente allí han vivido la mayor parte de su existencia, y asimilar todo lo que se han estado perdiendo puede llegar a ser duro.