Madre de la cubanoamericana acusada de espionaje en La Habana, solicita un indulto para su hija

Alina López Miyares/ Acusada de espionaje en Cuba/Imagen de archivo

Alina Miyares de 93 años de edad, madre de la cubanoamericana que cumple condena en Cuba por supuesto espionaje, ha solicitado al designado gobernante cubano Miguel Díaz-Canel indultar a su hija, víctima de irregularidades en el proceso judicial en su contra, y quien está padeciendo problemas de salud, recoge Diario de Cuba.

En 2017 el Gobierno cubano condenó a Alina López Miyares a 13 años de cárcel, alegando cargos de espionaje, y según Edilio Hernández, abogado independiente, las autoridades cubanas no debieron juzgarla por la jurisdicción militar, dado que compete a la justicia ordinaria el delito de espionaje, según lo estipula el actual Código Penal.


De igual modo en la sentencia contra la cubanoamericana, se refleja que los jueces no tuvieron en cuenta la amplia colaboración de Alina y su madre, a la hora de dictar sentencia.

Miyares y su progenitora trajeron varios documentos probatorios desde Miami a la Isla, indicó el jurista, que opina la sentencia del régimen fue excesiva.

Asimismo, el abogado estadounidense Jason Poblete, detalla que Alina López nunca fue espía, y que «la supuesta transferencia de información al FBI por parte de ella nunca ha sido comprobada».

El esposo de Alina, Félix Milanés Fajardo, ex diplomático cubano, también fue procesado por un tribunal militar en la Isla en 2017, en el caso de Alina fue acusada de «servir de enlace» entre su cónyuge y el FBI.

En febrero Alina López se quejó de una dolencia renal crónica, y de la mala alimentación que recibe en prisión, a través de una llamada telefónica con Poblete.


La reclusa también denunció no ha podido recibir atención consular de la embajada de EEUU en La Habana, ya que las autoridades no se lo permiten.

Alina López Miyares se encuentra en el centro penitenciario para mujeres, Ceiba 4, en Artemisa, ha declarado ser «inocente» y necesitar ayuda lo antes posible.

En el mismo orden, Washington considera «las detenciones arbitrarias de sus ciudadanos y su utilización para ganar influencia en las relaciones entre estados como hechos graves e intolerables», de acuerdo a las palabras del secretario de Estado norteamericano Anthony Blinken, cuando a mediados del mes pasado, se refirió indirectamente al caso de la cubanoamericana acusada de espía en La Habana.


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