Este viernes la activista Diasniurka Salcedo Verdecia, junto a un grupo de madres con sus pequeños hijos, con patologías severas de salud se plantaron frente al Ministerio de Salud Pública (MINSAP), en la calle 23 del Vedado, en La Habana, para exigir tengan la atención debida y calidad de vida, llevando consigo las historias clínicas de ellos.
«Estamos exigiendo que haya mejor calidad de vida para todos estos niños vulnerables a los que la dictadura no atiende. Todos estos niños se están muriendo por culpa de una dictadura», decía la activista mientras transmitía desde la calle donde se encuentra ubicado el MINSAP.
En su directa, Salcedo Verdecia, denunció que algunas madres de Pinar del Río que se iban a unir al grupo frente a la sede del organismo de salud fueron detenidas en las inmediaciones del lugar.
«Si no estamos haciendo nada malo ¿por qué están deteniendo a las madres que estaban en la otra esquina?, yo me pregunto», cuestiona la activista frente a dos funcionarias que intentaron que las mujeres entraran a la sede del MINSAP y sacarlas de la calle.
Posteriormente se presentó en el lugar un hombre que se identificó como “el doctor Fernando”, funcionario de Salud Pública, intentando también que las madres entraran al recinto, para tratar el asunto.
Sin embargo las madres se mantuvieron firmes se escucha a la activista que no se moverían de allí hasta que llegaran las madres que fueron detenidas.
También se escuchó decir que algunas madres no pudieron asistir porque la policía no las dejó salir de sus casas.
Las madres presentes expusieron en el video los problemas de salud de sus hijos y sus peticiones, dejando claro que el régimen no ha hecho nada.
De momento se desconoce el curso de la protesta, lo último fue una publicación de la activista que dijo que no podía seguir transmitiendo en vivo.
El pasado 10 de octubre, la activista Avana de la Torre entregó a la Cruz Roja cinco casos médicos que llevó a la oficina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) el pasado 19 de septiembre.
Llegó a la sede acompañada por un médico, fue recibida por Begoña Arellana, representante de la organización.
«No he querido hacerlo mediático porque lo que estoy pidiendo es una ayuda, una oportunidad para estos pequeños que han sido olvidados porque el sistema de salud comunista cubano y por Unicef Cuba», haciendo énfasis en la vulnerabilidad en que están expuestos estos niños cubanos con graves problemas de salud y no tienen acceso a medicamentos; escasean los alimentos, otros no tienen donde vivir ni estructura familiar, con sus padres o madres presos o emigrados.
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