En un contexto de creciente tensión, las reacciones no se han hecho esperar tras la reciente decisión de la administración Biden de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta decisión también incluyó la eliminación de restricciones que habían sido impuestas por la administración Trump, lo que ha generado un amplio debate sobre las implicaciones de estas acciones.
Marco Rubio, nominado por el presidente electo Donald Trump para el cargo de Secretario de Estado, ha expresado su firme postura sobre el tema. Durante su comparecencia ante el Senado, Rubio fue cuestionado por el senador Ted Cruz sobre su opinión acerca de si Cuba debería ser considerada un país patrocinador del terrorismo. Su respuesta fue clara y contundente: «Sin ninguna duda».
Rubio argumentó que el régimen cubano ha mantenido vínculos con organizaciones terroristas, citando específicamente a las FARC, a las que calificó como una organización narcoterrorista. Afirmó que Cuba ha brindado apoyo al grupo colombiano a lo largo de su historia, lo que, a su juicio, refuerza la necesidad de mantener a Cuba en la lista de países terroristas.
Además, Rubio destacó las relaciones de Cuba con otras organizaciones terroristas, como Hamas y Hezbollah. Este punto subraya la preocupación de que el régimen cubano no solo alberga a grupos hostiles, sino que también facilita sus operaciones.
En su intervención, Rubio también hizo hincapié en la presencia de bases de espionaje en Cuba operadas por países adversarios de Estados Unidos, como Rusia y China. A solo 90 millas de la costa estadounidense, estas instalaciones representan una amenaza a la seguridad nacional, según el senador. «Esto es algo que no se puede ignorar», afirmó.
El senador también recordó que Estados Unidos tiene conocimiento de que en Cuba se encuentran individuos buscados por la justicia estadounidense, quienes han cometido delitos graves, incluido el asesinato de policías. Según Rubio, el régimen cubano protege a estos fugitivos, lo que impide que la justicia estadounidense actúe.
La conversación se centró en cómo la nueva administración podría abordar la política hacia Cuba. Cruz preguntó a Rubio si estaba preparado para revertir la decisión de Biden tan pronto como asumiera el cargo. Aunque Rubio evitó comprometerse en ese momento, dejó claro que la administración saliente no está obligada a adherirse a las decisiones recientes de Biden, lo que permite a la nueva administración tomar acciones inmediatas.
Rubio finalizó su intervención reiterando que nada de lo acordado en las últimas horas es irreversible, lo que deja abierta la posibilidad de que la próxima administración pueda volver a incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Este punto es crucial, ya que muchos esperan que la administración Trump actúe rápidamente una vez que asuma el poder.
La situación en Cuba y las decisiones de la administración Biden seguirán siendo temas de debate en el ámbito político. Con la llegada de Trump y Rubio al poder, muchos están atentos a cómo se desarrollará la política exterior de Estados Unidos hacia la isla. Las voces de los congresistas cubanoamericanos, como María Elvira Salazar y Mario Díaz-Balart, también se han manifestado, prometiendo recordar al nuevo presidente sobre la necesidad de tomar acciones concretas respecto a Cuba desde el primer día de su mandato.
El 20 de enero será un día clave que podría marcar un cambio significativo en la política de Estados Unidos hacia Cuba. La atención está centrada en cómo se desarrollarán estos acontecimientos y qué decisiones se tomarán en relación a un tema tan sensible y de importancia estratégica.